[Completa] Jenedith Roux no lleva una vida perfecta y su refugio son sus amigas y el judo.
Los problemas empiezan cuando el director del instituto Atlas les da la noticia de que pronto tendrán la presencia del modelo masculino del momento como nue...
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Jen
Dim Kelly estaba frente a mí, con la peor de las imágenes, se miraba totalmente diferente y su mirada perdida y funesta tocó mi corazón para sacudirlo como un huracán.
—Jenedith... dime que esto no es un sueño.
Sus manos acariciaron mi rostro, a pesar de su mal aspecto su aroma era dulce, masculino. Cerré mis ojos, incapaz de retroceder cuando sus manos me tocaron.
— ¿Qué carajos intentabas hacer? —solté, tenía que ser fuerte—. Acabo de leer hace unos días que te hospitalizaron por una sobredosis y... —estaba sin palabras—, estás aquí.
Dim chitó como si hubiese dicho algo estúpido.
—Como siempre la prensa distorsionando la verdad para vender.
Sus manos no dejaban de rozar mi rostro, estaba tan cerca de mí que por un momento creí que iba a besarme. Se miraba tan diferente, su cabello azabache combinaba con su tono de piel y sus ojos grises no tenían brillo, eran tan amargos y opacos.
Mi Dim no era este.
—Me desesperé... perdí el control después de que te fuiste.
— ¿Y por eso intentabas matarte? Eres un imbécil.
—Jenedith...
Ese sonido, la manera en la que pronuncia mi nombre, su mirada, cada gesto de suavidad que tenía al verme, me regresaba a esos días llenos de color que viví con él.
¿Por qué todo se fue al carajo? ¿Por qué tuvimos que separarnos? Me dolía verlo así.
— ¿No pensaste en tu familia? En... tu hijo...
—Jen.
La voz de Chip nos sorprendió. Me giré y vi a mi hermano atento a la escena, sus ojos verdes se abrieron como platos al ver a Dim Kelly frente a él.
—Pero qué carajos...
Se dejó venir contra Dim y yo me puse entre ambos.
—No te acerques a mi hermana.
—Chip, Chip, no está haciendo nada malo. Lo hablamos.
Chip fulminaba a Kelly con la mirada pero el modelo permanecía con una actitud taciturna, parecía que no le importaba la altanería de mi hermano.
—Vámonos, Jen.
Miré de reojo a Dim quien me gritaba con la mirada que no lo dejara. Nuestros dedos se rozaron y su tacto me desestabilizó un segundo.
No quería irme.
Miré a Chip y sacudí mi cabeza.
—Me quedaré un momento con Dim, regresaré por mi cuenta.
