Capítulo 7. Solo por última vez

156 19 45
                                    

—Sí, papá, ya tengo todo listo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Sí, papá, ya tengo todo listo. Chip quedó de pasar por mí para ir al aeropuerto con los atletas.

—Los alcanzaremos en un par de días.

—Lo sé, ya hablé con Milly y Vega para que puedan llegar juntos.

—Si vienen a Atlanta mucho mejor.

—En eso quedaron.

—Perfecto. Que tengan buen viaje, cariño. Estamos en contacto.

—Sí, papá. Salúdame a Sarah. Los amo.

—Yo le mando tus saludos, te amo.

Colgué.

Le eché un último vistazo al apartamento que compartía con Logan y en eso, mi amigo iba llegando, los ensayos con la banda era más frecuentes cuando estaban en época de conciertos.

—No recordaba que salías hoy, ¿Quieres que te lleve?

—Chip vendrá por mí en una hora.

— ¿Le has dicho algo a él?

Me encogí de hombros mientras torcía mis labios en señal de negación. Logan suspiró con una expresión preocupante y fue acercándose, la cadenita plateada que colgaba de sus jeans hacia ruido a cada paso.

—Jen, tienes que hablar con alguien. Lo que sucedió hace unas semanas no está bien.

Miré a mi amigo, sus ojos azules luchaban por convencerme de lo contrario.

—No quiero preocuparlos.

—Estamos hablando de tu seguridad, ¿Qué pasará si vuelve a intentarlo?

—Si Bethany vuelve a molestarme seré yo misma quien la pare. No quiero que se acerque a mi familia.

Logan frunció el ceño, totalmente en desacuerdo.

—Esa mujer es peligrosa, ya lo ha demostrado.

Si estoy viviendo con Logan fue porque hace tres semanas había sufrido un atentado en mi departamento. No tengo ni una maldita idea de cómo Bethany dio conmigo, y me aterraba rebuscar para encontrar una respuesta.

Lo primero que hice fue llamarle a Logan. Milly y Vega vivían en Los Ángeles debido a que se habían aliado en sus carreras. Milly como fotógrafa profesional y Vega como auxiliar de dirección de teatro. Deseaban hacer algo grande y trabajan duro desde hace dos años.

No quería hablar con mi familia al respecto y mi círculo de amigos no se había agrandado de ninguna manera, ni siendo una atleta de Juegos Olímpicos. Mi última opción, pero no menos importante eran los chicos de Fifth Hell, que habían llegado a Nueva York para instalarse en su nueva residencia.

Este departamento lo tenían aparte y Logan me lo había ofrecido con la condición de que él también estaría viviendo conmigo por cuestiones de seguridad y así ha sido.

Arrogante y sensual Donde viven las historias. Descúbrelo ahora