El monstruo de los celos

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     Me hallaba en el teatro del instituto esforzándome por dar lo mejor de mí en los ensayos de la obra de Vega

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Me hallaba en el teatro del instituto esforzándome por dar lo mejor de mí en los ensayos de la obra de Vega.

Los chicos de Fifth Hell fueron seleccionados para ser parte de la obra y Vega estaba encantada que apenas se podía poner de pie cuando Johnny se acercaba a ella. Milly por su parte se enfocaba en hacer recuerdos de este momento usando su cámara por todos los ángulos posibles.

Chip se limitó a quedarse del otro lado del escenario, ensayando sus líneas y sin dirigirme la palabra.

— ¿Todo bien con Dermont? —preguntó Logan, quien la haría de uno de los mejores amigos de Taylor en la obra.

Este chico era como el hermano mayor que hubiera querido tener.

—No muy bien —confesé.

—Se nota la tensión en ambos.

—Discutimos después de lo que pasó en la cafetería.

Logan apretó sus labios, apenado por eso.

—Lo lamento, espero que pronto se arreglen.

— ¿Cómo le hago para que no insista en un tema que no quiero contarle? —pregunté desesperada, siendo el hombre tal vez podría darme otra perspectiva de lo que podría hacer para evitar esta fricción con Chip.

Logan parecía pensarlo y pasó una mano entre sus cabellos para después sonreírme con calidez.

—Depende, ¿Entra él en ese tema?

Fruncí mis ojos mientras recapitulaba y, de cierta manera sí.

—Digamos que... tendría derecho a saberlo por ser mi novio pero el problema es solo mío y no quiero hablar de eso.

El rubio atractivo enarcó las cejas y sabía que también pensaba en lo difícil que era mi situación, su rostro me lo decía todo.

— ¿Qué tan importante es Chip para ti? Creo que si de verdad lo quieres y piensas que lo suyo tendrá futuro, tal vez sea buena idea contarle un poco sobre ese tema, pon los papeles al revés —alzó sus manos para figurar ser una balanza—. ¿Sería justo para ti que te ocultara cosas? Y siendo tú la novia con cierto derecho a saberlo.

Mi mente tronó como una olla de presión.

—Soy la peor de las novias.

Logan se rio por debajo y se cruzó de brazos.

—No, mi constrictora, es solo que tienes que saber cómo encontrar el equilibrio en una relación, y no estás acostumbrada porque nunca has estado en una. Tal vez el hablarlo calme un poco la tensión.

Torcí mis labios y abracé a Logan, lo quería mucho, era un gran chico y cada vez que habla con él me reconfortaba.

—Logan, por favor... nunca vayas a pensar mal de mí.

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