Lo que nunca fuimos © (2)

CAPÍTULO 6

BLANCA

Estoy deseando que sea ya la hora del recreo, estoy en mi último día de primero de bachillerato y con mis compañeros de clase me llevo, pero no lo suficiente como para ser amigos; a la mayoría no los aguanto, unos son unos frikis, otros unos pijos... El recreo es el momento de disfrute del instituto porque estoy con Estela y sus amigos, ella repitió primero de bachillerato hace un año y por lo que me ha contado segundo de bachillerato parece que también lo va a repetir. Lo siento por ella, pero estoy contenta porque al hacer el mismo bachillerato que yo estaremos en la misma clase y eso me ayudará mucho. Yo creo que ella también se alegra en el fondo porque así podremos estar juntas al año que viene.

Al fin suena la sirena, recojo mis cosas, las meto en la mochila y salgo corriendo hacia donde siempre estamos. Nos vamos a una esquina del enorme patio, donde tenemos una mesa redonda y unos bancos, hay árboles y se está genial para soportar este calor.

— ¡Qué bien! Ya es el último día al fin — grita alegre Miriam encendiéndose un cigarro sin que le pillen.

— La verdad es que sí — respondo cogiendo uno de su paquete.

Me mira algo extrañada porque yo no suelo fumar, pero he estado metida tanto en los estudios y he estado tan estresada que necesito desahogarme un poco.

— No me mires así, necesito desestresarme — digo mientras me lo enciendo con aquel mechero rosa que le encanta a Miriam.

— Vendréis esta noche a la fiesta del amigo de Rubén, ¿no? — nos pregunta Sergio.

— Por supuesto, allí estaremos, no nos vamos a quedar en casa — suelta Estela.

Rubén es el exnovio de Estela, además de amigo del tonto de Alex, lo dejaron hace poco y aun así la tía tiene los cojones de ir a la fiesta de uno de los mejores amigos de Rubén y verle el careto mientras arrima cebolleta con otras. La verdad es que me encanta la fuerza que tiene Estela, de cómo afronta las cosas, aunque a mí no me engaña, delante de todos es así, pero alguna que otra vez ha llorado delante de mí por esas situaciones, al fin y al cabo es persona como todos.

Después de varios minutos, se acaba el recreo. Cuando te lo pasas bien se pasa volando el tiempo y así nos ha pasado durante estos años, pero bueno, lo que me consuela es que el año que viene será distinto y estaré con Estela en clase también. No sé por qué nos obligan a estar en clase si no hacemos nada, ya nos han dado las notas, esto es una pérdida de tiempo y encima tenemos que hacer ejercicios en clase.

Al fin después de dos horas ya somos libres. Por los pasillos están los típicos que se ponen a llorar y a abrazarse porque no van a ver a sus amiguitos de clase hasta septiembre, son muy exagerados, si tanto se quieren que se vean en verano como puedan, no se van a la guerra. Le pongo un mensaje a Estela de que estoy en el baño y enseguida aparece.

— ¿Preparada para esta noche? — pregunta contoneando sus caderas.

— Por supuesto — digo mientras me retoco en el espejo, me gusta ir guapa, aunque sea para tomar algo.

Nos vamos Estela y yo, junto con el grupo con el que siempre vamos, y nos dirigimos a la cafetería que hay al lado del instituto. Cuando llegamos, vemos que también están los de nuestro barrio, entre ellos Alex y Rubén. Enseguida saco el móvil y me miro si estoy bien, lo confirmo y vuelvo a guardar el móvil. Estela me ha pillado y se está riendo de mí. A veces me siento fuera de lugar en este grupo puesto que todos son mayores que yo, con los que me junto en el recreo tienen más o menos la edad de Estela y yo soy la pequeña, la que no tiene el carné de conducir y no tiene edad para comprar alcohol y eso me jode, pero dentro de un año todo esto se acabará y seré uno más de ellos. No puedo quejarme porque casi todos me tratan como de su edad, excepto Alex claro, que nunca para de meterse conmigo y eso que solamente me saca cuatro años.