Capítulo 9

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Al día siguiente, ocurrió lo mismo Rei fue más temprano, está vez se encontró con sus dos hijos.

Natsuo fue quien abrió la puerta, ante la insistencia de tanto ruido, se quedó mirándola unos segundos.

¿Puedo entrar? —hablo la mujer

—¿De que quieres hablar?-— dejó la puerta semiabierta, con él afuera.

Convence a tu hermano que regrese. La familia Shindo aceptará sus disculpas y aceptó casarse con Shoto -— le cuenta, seriamente agarrando su bolso en mano, está vez estába vestida de manera más informal, unos jeans, una remera blanca con un lindo diseño floreado, encima de este una campera negra.

No... no ya dige que no volveré-— una voz viene de adentro enojada, abriendo la puerta con fuerza.

Sabes perfectamente que tu mejor opción es ese muchacho, tu padre y yo lo consideramos durante un tiempo, es de buena familia y además es capaz de mantenerte lleno de lujos, ¿Qué más quieres? Tienes la vida hecha -— le regaña la mujer, haciéndola fruncio el ceño y gritando en la pregunta.

Algo muy simple... que me dejen en paz-— le cierra puerta en la cara, Natsuo se había quedado afuera.

Si vienen a decirnos esto de nuevo, es mejor que no vengan más—- da la vuelta entrando a la casa.

Rei se retira instantes después.

Natsuo y Shoto desayunaron en silencio.

Me voy a trabajar, ¿Quieres que te lleve a algún lugar? -— el peli blanco le pregunta antes de salir.

No. Anda tranquilo. —- responde el bicolor, dejando en el fregadero las tazas, para después lavarlas y secarlas.

Nos vemos más tarde.

Se escucha el crujido de ser cerrada la puerta.

Termina de hacer los deberes, ve la hora, se da un baño, se viste y sale.

En camino al hospital, se vuelve más largo, o es que está yendo muy despacio, decide acelerar un poco, sino no llegará al horario de visitas.

Cuando estaciona el auto, no ve a nadie familiar, entra, va directo a recepción.

Hola, vengo a visitar a Izuku Mirodiya—- le avisa a la mujer que se queda mirándolo, desvía la mirada y después lo vuelve a mirar.

Lo siento, pero usted no puede ingresar -— le contesta, volviendo con lo suyo. Shoto sintió una punzada, un escalofrío pasó por su espalda.

Debe haber un error, quiero ir a verlo... — susurra.

La mamá del paciente, nos dijo que no lo dejáramos entrar. Lo siento, sólo cumplo órdenes... — ve al chico con una mirada cristalina. La mujer no sabe que hacer, ve a todos lados y no hay mucha gente - ahh, espero que nadie se entere. — suspira, hablando bajo — sigame — lo mira, sale del lugar de donde está.

Pasa a su lado, hace un aderman para que lo siga, Shoto instantáneamente no duda y va.

Apenas llegan.

5 minutos-— Dice la mujer - —estaré afuera —- sale, dejándolo sólo.

Natsuo le dijo que no viniera pero ahí está con Izuku.

Da unos pasos, se acerca a él, acaricia su mejilla, su cabello. Le da un beso en la frente durando unos segundos en separarse.

Tengo tanto que decirte... cuando nos separamos había algo que no te dige, era muy importante... de seguro te hubieras puesto feliz... pero... -— unas lágrimas se formaron, deslizándose por sus mejillas que después eran secadas. —- por.. Porque me dejaste... sino me hubieras dejado...-— le reclama a Izuku, aún puede sentir el dolor que sintió en ese entonces, aún lo tiene marcado en su ser, algo que el peliverde nunca supo, pero Shoto estuvo dispuesto a decírselo, hace unos años, como no se podia comunicar con él, viendo como rechazaba cada llamada y encuentro, decidió dejarle una carta en el departamento donde vivían juntos, para hablar, citandolo en una cafetería cercana, pero Izuku nunca apareció.

Ahora ese departamento que está a nombre de Izuku, porque Shoto le dio un poder para que se quedara con el, estaba siendo alquilado por unos jóvenes.

El bicolor estuvo pensado cuando estuvo en la casa de su hermano, en el recorrido al hospital y ahora que lo ve al peliverde. Las acciones, las palabras y muchas cuestiones que le daban vuelta la cabeza. Debía tomar una decisión y encontró una, que creyó la mejor.

He dedicido dar un paso al costado... debí haberlo hecho hace tiempo, cuando te casaste pero... una parte de mi no quería dejarte. -— suspira tomándole con ambas manos, la mano derecha del peliverde. — espero que te recuperes pronto y que ya no los molestaré. — le besa el dorso de la mano, dejándola donde estaba y sale.

Salió, vio a la persona que lo dejo pasar. Le agradeció el gesto, después se retiró del lugar.

Sentía que se calcomia por dentro, quería estar con él, ahora, abrazarlo, decirle tantas cosas, pero a partir de ese momento las cosas cambiarán.

Espera que algún día abra los ojos y siga adelante. Es lo que más desea.

Estar de nuevo en un hospital sólo le traen tristes recuerdos al bicolor.

Continuará...

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Sigo escribiendo la historia... pero me quedé estancada al buscar información sobre el caso de Izuku, el diagnóstico puede que este mal.

Por ahora, puede ser un traumatismo craneoencefálico ( leve o grave ). Aún estoy viendo el tratamiento que se debe seguir...

Por eso está historia se retomará en unos meses.

Recordar [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora