Capitulo 37

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Unas horas antes.

Izuku estaba hipnotizado por la escena que se está volviendo cada vez más caliente, los ojos del bicolor estaban brillosos, llenos de deseo, pasión y lujuria. Quería hacerlo suyo, en ese momento. Pero su deseo, lo Tento demasiado.

Quiero hacerlo. dijo con voz ronca en el cuello de Shoto, que causó una electricidad en cada celula del omega, su respiracion estaba tan cerca.

Habían olvidado en donde estaban y que fue lo dijeron antes.

Comenzarían siendo amigos, pero saltearon varios pasos.

El peliverde se lamia los labios, tenía que controlarse, sintió las manos del bicolor en su mejilla y se acerco a besarlo.

- ¿Entonces me dejara? - pensó mientras profundizaba el beso.

El mundo estaba en su contra.

Un celular sono, alguien llamaba.

Ese alguien era Inasa.

Shoto con voz agitada atendió, y hablo con él. Los minutos parecían eternos, y el calor se iba apagando. Colgó y miro a Izuku, se levanto a prender la luz y volvió a la cama.

Fuyumi le habia avisado a Inasa que estaba en la playa, no podia culparla, el pelinegro le dijo que iría a visitarlo, quería pasar tiempo con él. Sintió opresion, veía al peliverde y no podia controlarse, su cuerpo, su corazón y su mente dejaban su sentido común, y se entregaba a ese chico, que aún seguía siendo el amor de su vida.

Las manos de Izuku rozaron su piel, tan simple, un simple contacto y se erizaba.

¿Te encuentras bien? le pregunto, acaso había leído sus pensamientos o algo, debía alejarse, irse, mudarse, desaparecer.

Sentía tantas cosas, una era miedo. Si Izuku llegará a recordar todo. ¿Qué pasaría?

Si... Izuku... no te fui sincero. la mirada del alpha se puso sería. — Yo-Yo es... estoy saliendo con alguien, desde hace unas semanas
— dijo con rapidez, sintió la mano de Izuku que lo agarra con firmeza en su hombro.

¿Por qué no me lo dijiste? — escucho su voz, dolida, agacho la mirada.

No queria lastimarte y lastimarlo... se detuvo. — lo que pasa es que ambos me gustan y no sé qué hacer. esperaba que con esta respuesta se alejara el peliverde.

¿Te gustó? es lo único que escucho. — De hecho dijiste que estabas saliendo con esa persona, no que eran pareja o novios. debi usar otras palabras, se dijo el bicolor.

Mientras sentía como el chico se acercaba, abrazandolo y se acostaban en la cama. Se quedaron dormidos.

Izuku comenzó a sudar, tenía una pesadilla.

Escuchaba voces, pero gritos, era una discusión, ahí estába la señora Inko con un sobre en manos, enojada, saliendo de un lugar, una oficina, y lo agarro del brazo, Izuku miro atras veía la puerta negra cerrarse con lentitud, después se escuchó otra discusión, pero ahora se escuchaba más lejana.

Se despertó, abrió los ojos, se tranquilizó, desvio la mirada hacia el rostro dormido del bicolor y se acomodó para seguir durmiendo.

Al dia siguiente.

Todos se despertaron, Nejire, había llegado tarde, a la madrugada, la rubia se habia quedado pendiente, esperándola en la puerta.

Tomaron desayuno y se fueron a la playa, había gente, algunos pescaban, otras estaban vendiendo y había gente en el mar.

Armaron la carpa, se pusieron protector solar y veían como la playa se iba llenando de a poco, los niños jugando, con una pelota en la arena, o nadaban en el mar con un adulto.

Los primeros en meterse fueron la pareja de Alphas, Kirishima le insistió un poco a Tetsutetsu y se metieron a disfrutar del agua.

El peliverde parecía desanimado, haberse enterado que el bicolor salía con alguien no le cayó nada bien, pero no se daría por vencido tan fácilmente. Veía que Shoto lo miraba, con una sonrisa. - hora de meterse al mar - pensó y vio al chico asentir.

Se metieron al mar, se tiraban agua, nadaban y de vez en cuando el bicolor se dejaba agarrar por Izuku en un abrazo que termina en un beso corto o un beso con bastante intensidad.

Sus instintos habían fallado, no era Kirishima y Shoto.

Era Kirishima y Tetsutetsu.

Izuku y Shoto.

Melissa, Sonría al ver a las parejas.

¿Dónde estuviste anoche, Nejire? esperaba no sonar ruda. — estaba con el Jesús en la boca. Me preocupe.

La mirada azul se suavizo y saco una reposera, se sento, tomando sol.

Agradezco tu preocupación... pero anoche la pase bien. dijo y se puso los lentes de sol. —  Es lo único que diré.

Bueno... me iré a mojar los pies. se saca la ropa.

El mar se sentía tan fria, al poner sus pies ahí, se estremecia al caminar a la orilla viendo parejas felices pasandola bien, sintió envidia por primera vez cerro los ojos sacudiendo la cabeza tenía que sacarse ese sentimiento. No pudo evitar sonreír tristemente y tocarse su marca anulada. Suspiro al recordar cuando la mordió y se moría de alegría al saber que era la persona que quería, pero la vida no es tan buena para ella.

La mirada azul que tenía la muchacha  en la reposera, visualizo la aventura de la noche anterior, salvaje y apasionada, sin sentimiento alguno. Su vida se habia vuelto tan monótona, que se aburría, sin nadie que la esperará al regresar a casa, bueno solo alguien, su perrita Noe, que tenía un pelo blanco, parecía un oveja, la adoraba, el único recuerdo que le dejó su madre antes de morir, dejándola sola a merced de responsabilidades.

Y había alguien de confianza que le dejó las llaves para que le diera comida a su hermosa perrita, ese era Mirio. Esbozó una sonrisa al recordar al chico rubio.

Continuará...

Recordar [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora