Recordar [FINALIZADA]

Capítulo 56

Izuku no iba a buscar al fotógrafo, pero llevaba todo lo que le dio Shinso.

Una repentina curiosidad se iba acumulando a medida que más información adquiría, pensar que su propia madre fue una de las personas que planeó la separación con Shoto. Era algo que nunca imagino.

— ¿Mamá? — llama el peliverde.

— Hijo. ¿Qué pasa? — la mujer le sonrie y se sientan.

— Quiero... quiero decirte algo.

Inko se quedo paralizada al escuchar el audio que se reproducía sobre la mesa. Y las fotos a un lado.

— ¿Ma-Mamá? ¿Por qué?

Izuku había estado actuando extraño, se debía a esto.

— Hijo ... lo hice por el bien de ustedes... e... es que son tan diferentes...

— Eso no fue excusa para separarnos...

— Cariño...

No podía seguir escuchando, se le formaba un nudo en la garganta sin poder decir alguna palabra, Inko agarró por reflejo la muñeca de su hijo, cuando esté quiso irse.

— Yo... yo pensé que no serias feliz con él... cuando ibamos a esas fiestas podía ver como la gente de esa sociedad nos juzgaban... — temblo la mandíbula y cerrar los ojos, comenzaría a llorar.

— A mi nunca me importo y a Shoto... bueno él... los mandaba a la mierda... — dijo.

La mujer observo las fotos, ella sabía de ellas.

— Esas fotos... — susurro y miro a Izuku. — Las saco Shota Aizawa...

— ¿Qué sabes?

La mujer suspira y comienza a soltar todo la información.

Si las cosas resultaron peor de lo que imagino.

¿Podía seguir llamando madre?

Salió de la casa.

Sin rumbo alguno, camino, camino hasta que se cansó, se sento, levantó la vista viendo el sol ocultarse, y ver esa casa donde cierto bicolor vivía. Su cuerpo lo guiaba nuevamente hacia él.

Se levantó y tocó la puerta de esa casa.

Pero quien lo recibió no fue nada menos que Touya Todoroki.

— ¿Qué haces aquí? — pregunto enojado.

— Vengo a hablar con Shoto... ¿Está? — mete las manos en los bolsillos.

— No quiere verte... largo...

— ¿Pero...?

Le cerró la puerta en la cara.

A Ojiro le quedaban unas dudas, así que por eso que se realizó un estudio para saber si seguía siendo un alpha.

Tenía los resultados en su mano, con miedo a ver, lo arrugo, y comenzó a leer.