Capítulo 7

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Después de manejar un tiempo, estaciona el auto enfrente de la casa de su hermano, Natsuo. Y lo llama a su celular, sabe de ante mano que a esa hora no estaría en su hogar.

Hola, hermano — el primero en hablar el peliblanco

Hola, Natsuo...— habla en un susurro pero se escucha perfectamente del otro lado del telefono

¿esta todo bien? pregunta y escucha la puerta del consultoría ser golpeada.

Sii... bueno, no... ¿quería preguntarte si podía quedarme en tu casa?le pregunta con timidez

Emm, está bien. Ya sabes donde está la llave de repuesto. Nos vemos después. habla rápido, y después corta la llamada.

Shoto sale del auto, sube las escaleras, busca en la maceta de la derecha y la encuentra, sin más abre la puerta e ingresa.

Quizá debería limpiar, ve que su hermano no es el mejor en organizar y mucho menos en los deberes de la casa. Sólo suspira y cierra la puerta, comenzará con la cocina, después la sala y por último los dormitorios.

Va a la cocina, amontonados de platos, vasos y ollas dentro del fregadero, lo que no alcanza está a un lado, claramente todo sucio. La persona presente chasquea.

Shoto comienza su labor pone el detergente en la esponja, abre la canilla y comienza a lavar, después los secara para ponerlos a su lugar correspondiente.

Suena su celular, se seca las manos para atender.

Hola, Shoto. — habla Inasa, que está en el aeropuerto.

Oh, Hola Inasa. — contesta mientras sigue lavando, así que su celular queda entre su oreja y su hombro.

Saliste rápido, hoy... — comenta para continuar, pero intrigado por el motivo por el cual salió tan rápido del departamento. — no pude avisarte que estaré una semana en Alemania.

Esta bien, no tienes que preocuparte por eso. mientras frota la esponja en la olla, al parecer su querido hermano hizo puré de papa y no la lavo al instante. —  que tengas un buen viaje, adi..

Shoto, hay algo que quiero decirte, desde hace un tiempo, pero tu pareces no estar interesado. —  reclama el pelinegro, e interrumpe al bicolor.

Deja la olla en el fregadero para agarrar su celular, sabe a lo que se refiere, y ese tema lo quiere evitar a toda costa.— Inasa, si es lo que pasó aquella noche, estaba borracho y... — no quiere seguir hablando, mientras se coloca su mano en la nuca.

Pero... en mi caso, quiero hablarlo y no por teléfono, sino en persona.

Shoto no contesta.

El pelinegro suspira con resignación, y habla nuevamente

¿Quieres ser mi novio, Shoto?

El oyente se queda perplejo, no sabíendo que responder, de hecho no es mala idea aceptar ser su novio sino el hecho que aún no siente algo de amor hacia él, es más amistad, un amigo en quien puede confiar, o quizás agradecimiento que lo ayudó cuando en un tiempo fue un alcohólico.

Recordar [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora