❝Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla.❞➸Paulo Coelho.
Primer libro: Finalizado.
Segundo libro: Del caos nacen las estrellas (Finalizado)
Saga "Te quiero hasta las estrellas."
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Atlas mantiene un...
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"Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado." William Shakespeare.
Atlas.
El atardecer teñía el firmamento de un color naranja con líneas violetas dándole un aspecto encantador. La temperatura había bajado haciendo que cada que la brisa soplase, su cuerpo se sacudiese por los escalofríos.
Había salido a jugar con Jeff un poco de basquetbol mientras Jessamy hablaba con su padre en unos bancos un tanto alejados de ellos, parecía que era una conversación muy importante porque muchas veces la castaña había bajado la mirada avergonzada.
─ ¿De qué crees que hablarán? ─ le preguntó el pequeño colocándose a su lado.
─ Tú más que nadie debería de saberlo.
─ Seguro que hablan de mamá ─ lanzó el balón hacia la cesta, pero éste no entro en ella.
Atlas lo miró esperando a que prosiguiera, pero parecía no hacerlo por lo que carraspeó para llamar su atención.
─ ¿Por qué lo harían?
─ Jess y mamá no se llevan muy bien qué digamos.
Evitó no sorprenderse ante ese dato, ¿por qué la relación entre madre e hija sería de esa manera? Jessamy nunca le había hablado sobre eso, y en cierta parte tenía sentido, no habían tratado mucho el tema de la familia porque él solía desviar ese tipo de conversaciones. No estaba listo para revelarle esa parte de él a ella, y no era que no confiase en ella, pero sentía que era algo tan personal que no podría decírselo, así como así. Algún día podría contárselo abiertamente, por los momentos sólo podía tocarlo apenas por encima.
─ ¿Y tú?
Jeff se encogió de hombros mientras tomaba el balón y se lo pasaba.
─ Casi no hablamos, así que no es que tengamos la mejor de las relaciones. Soy más cercano a papá y a mi hermana. Eso sin mencionar a Marta y a Guillermo.
Miró a la castaña y no parecía ser tener ese tipo de problemas, cuando estaban juntos, Jessamy resplandecía. Parecía que tuviese luz propia, parecía que fuese el mismísimo sol y no aparentaba tener un lado oscuro que escondía a los demás. Tenía tanta vida, tanto entusiasmo que el hecho de imaginar que tenía una pésima relación con su madre le parecía una farsa.
─ Pero papá siempre trata que seamos buenos con ella, que nos portemos bien y así evitar que ella quiera descargar su enojo con nosotros. Yo creo que no es justo, porque al final del día, Jess es la que recibe más odio.
No se dio cuenta que cerró en un puño su mano.
─ Creo que deberíamos seguir jugando ¿no?
─ Un lanzamiento más, papá me está haciendo señas para que vaya donde él. Seguro cree que estoy siendo un intenso contigo.
