Capítulo 29

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"El duelo nos desafía a amar una vez más." Terry Tempest Williams.


Atlas.

Pasó la mitad de su vida solo. Sin una compañía estable y sincera. Solo era él y sus pensamientos. Eventualmente las personas empezaron a llegar a su vida y de esas solo una se había ido, le rompió el corazón y pasó un tiempo solo hasta que volvió para quedarse. Pero a pesar de las constantes lecciones que el destino le ponía, nunca le preparó para ese momento donde tenía que ver a una persona partir del plano terrenal y no verle con vida nunca más.

No había perdido a nadie de manera física. Nadie cercano había muerto hasta que la noticia de la partida de Paisley llegó a su vida. Al inicio no lo creyó. Se negó rotundamente porque era imposible, ¿verdad? Era inverosímil que su mejor amiga con quien había hablado cinco noches atrás estuviese muerta. Fue difícil poder asimilarlo y una parte de él creía que era una ilusión, que ella aún se encontraba trabajando en la pastelería y estaba cumpliendo su sueño.

Aún seguía engañándose.

Paisley Makenzie Ainsworth se convirtió en su mejor amiga, en su confidente, en su alma gemela. Había leído en una ocasión sobre las almas gemelas, y hubo un fragmento que se quedó grabado en él, pero nunca entendió el porqué. Pensó que, por lo profundo de las palabras en su momento, sin embargo, ahora lo comprendía. Las almas gemelas tenían una sola misión en la vida, te rompen para después crear una versión diferente de ti mismo con mayor confianza. Era una lección de vida que dolería, pero era necesaria y nadie se salvaría de tenerla, ni tan siquiera él. Ahora tenía que vivir con el dolor. Tal vez muy en su interior se esperaba perder a alguien y eso hizo que la frase quedase impregnada en su mente.

La silla mecedora se movía en compás con la suave brisa mientras su atención se hallaba en la colina frente a su casa. El atardecer estaba por caer y, por lo tanto, el anochecer se colocaría sobre su cabeza, pero no le importaba. No sentía nada, estaba en un estado automático donde apenas era consciente de lo que sucedía a su alrededor.

─ ¿Atlas? ─ era Jessamy tocando la puerta del pórtico para llamar su atención.

Vestía un vestido sencillo azul y unas zapatillas del mismo color. Llevaba su cabello suelto en suaves ondas y un maquillaje sencillo. Se distrajo apenas un segundo en recorrerla con la mirada antes de asentir. Ella se aproximó hasta llegar a su lado y se arrodilló mientras tomaba su mano haciendo que bajase la mirada hasta el nivel de sus ojos.

─ ¿Cómo te sientes?

─ Más o menos.

Jessamy suspiró con la preocupación tiñendo sus facciones.

Del cosmos se desvaneció una estrella © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora