Capítulo 4

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"Hay momentos para quedarse, y lo que quieras vendrá a ti, y hay momentos para salir al mundo y encontrar las cosas por ti mismo." Lemony Snicket.


Jessamy.

Las olas chocaban con fuerza contra las rocas, hasta por donde se encontraba podía oírlas y eso que estaba algo alejada de la playa. Pero eso no le impidió imaginar como la espuma del mar se desvanecía cuando se alejaba de la arena. Y sonrió.

─ ¿Y esa sonrisa? ¿De qué me he perdido? ─ curioseó Mikayla sin perder el tiempo.

Jess no pudo evitar reírse.

─ No es nada, sólo disfruto el ambiente.

Su mejor amiga observó a su alrededor, mirando los grupos de jóvenes reunidos en las jardineras. Los del equipo de béisbol parloteaban como si fuesen unos primates, el grupo de las animadoras chillaban como si fuesen hienas que estaban siendo atacadas por leones, cuando en realidad coqueteaban con los chicos. Luego estaban personas como ellas, que tenían conversaciones casuales a la espera que la campana sonase y pudiesen irse a casa.

Mikayla la miró mal.

─ Es broma, ¿no?

─ No hablo de este ambiente ─ negó la castaña ─, me refiero al que está allá afuera. Si ignoras el ruido de aquí, podrás escuchar las olas del mar a lo lejos.

─ No sé cómo le haces, pero quisiera dos de esos. Esta gente me asfixia.

La morena no era una persona que tuviese la mayor paciencia del mundo, en muchas ocasiones, Jess debía de distraerla o terminaría explotando. Pero era la mejor amiga que existía, no había nadie como ella y Jess se sentía muy afortunada de tenerla.

─ Mejor cuéntame, ¿cuándo se pasarán para la nueva casa?

─ Papá está esperando que terminen de pintarla, ya falta poco o eso le escuché a mamá. Así que es muy probable que sea pronto, te invitaré a una pijamada ese día.

La familia de Mikayla se mudaría a la nueva residencial que estaban haciendo, según decían, las casas eran fenomenales y no era cualquiera que pudiese conseguir una. Era claro que al ser hija de un chef profesional y una estilista de renombre iban a conseguir aquello que era imposible para muchos. Porque para la familia Jones no había nada imposible.

─ ¿Y tú estás feliz con ello? ─ ladeó su cabeza.

─ No tanto como me lo esperaba, lo único que me emociona es que la playa me quedará a menos de cinco minutos. Lo malo es que si en un futuro se viene un tsunami seré entre las primeras en ahogarme... ─ suspiró ─... aunque también sería una de las primeras personas en ver una sirena ¿entiendes? Pueda que la marea la empuje y cuando el agua se estrelle contra mi casa, se venga una de colada. No sería tan malo después de todo.

Del cosmos se desvaneció una estrella © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora