"Por labios lleva fuego, por ojos el café." Edisson Cajilima Marquéz.
Jessamy.
Sus dedos acariciaban con delicadeza el dije de sol que Atlas le había obsequiado en su cumpleaños. Nunca se lo quitaba y el acariciarlo le ayudaba a controlar sus nervios, sobre todo cuando pensaba demasiado, le hacía entrar en un espacio de suma paz y tranquilidad. Justamente lo que necesitaba.
La cafetería estaba un tanto concurrida que otras veces y tenía que estar cobrando los pedidos rápidamente hasta que se consiguió su pequeño momento de paz. Todo hasta que un grupo de adolescentes entró el local y se acercaron a la caja. La primera reacción de todos fue mirarla con desconcierto y luego murmurar por lo bajo como si ella fuese una tonta que no escuchaba absolutamente nada de lo que decían.
─ ¿Desean tomar algo? ─ preguntó con tono dulce.
Todos guardaron silencio hasta que una chica que se estaba reprimiendo la risa le extendió un par de billetes.
─ Tres cappuccino y dos cafés negros, por favor.
No les dirigió la mirada mientras procesaba la orden, se giró hacia Justin y le extendió la orden que rápidamente la tomó para prepararla.
─ Aquí está su cambio, gracias por venir.
El grupo de adolescentes que era varios años menor que ella, se podía notar por la inmadurez de todos. Apenas la chica tomó el dinero se giró con su grupito y rieron como si ella fuese una especie de payaso. Desde que había llegado a Summerside era algo con lo que aprendió a lidiar. Algunas personas no tenían la consideración de comprender lo que era tener un rostro diferente y era claro que, aunque deseaba no prestarle atención, al final le afectaba. No era de hierro y últimamente se había vuelto muy sensible a las circunstancias de la vida.
─ Jess, ya entró Danielle para el cambio de turno ─ le avisó Justin.
─ Gracias, nos vemos mañana ─ ordenó la caja para dejarlo todo limpio a su compañera antes de irse.
Apenas la pelirroja apareció ella entró al área de empleados y guardó el delantal. Tomó su bolso y salió por la puerta trasera. El cielo estaba pronto a anochecer, el atardecer teñía el firmamento de una manera que las ganas de tomarle una fotografía eran grandes, pero al notar el coche de su abuelo en la acera le impidió hacerlo.
─ Hola, abue ─ apenas entró al coche lo saludó con un beso en la mejilla.
Su abuelo Geovanny le sonrió como si fuese un pequeño y en ese aspecto le recordaba a Jeff.
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Del cosmos se desvaneció una estrella © (TERMINADA)
Storie d'amore❝Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla.❞➸Paulo Coelho. Primer libro: Finalizado. Segundo libro: Del caos nacen las estrellas (Finalizado) Saga "Te quiero hasta las estrellas." •••• Atlas mantiene un...