Capítulo 1

187 22 95
                                    




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


"Pude reconocerte a primera vista como si nos estuviéramos llamando el uno al otro, el ADN en mis venas me dice que eres tú a quien estoy buscando" BTS.



Atlas.

La realidad muchas veces era decepcionante, en ocasiones, el ser humano se las ingeniaba para poder sobrevivir a ella. Aunque fallaba en el intento. El vivir en una sociedad donde todo aquello que existía nos afectaba, ciertamente, nos hacía ser demasiado vulnerables para cualquier factor interesado en acercarse a nosotros. La vulnerabilidad nos hacía humanos, pero ¿qué más había acerca de ser sólo humano?

El espíritu podría entrar en la siguiente categoría, pero puede que, junto al alma, sean mucho más vulnerables que el mismo cuerpo. Ya que, si se dañaba alguna parte de esas dos entidades, el humano estaría irremediablemente perdido y lejos de conseguir una salvación eterna. Por lo tanto, lo que más hace al humano vulnerable es lo que posee en su interior. Y es por ello, que se debe tener sumo cuidado a quien se revela lo que son en realidad.

Muchos dicen que el dolor es lo que te hacía verificar que estás vivo, que puedes sentir. Pero ¿han pensado las consecuencias que vendrán después de ello? ¿Querrán batallar con sus peores pesadillas a cambio de un instante de felicidad? Aquello no valía la pena. Prefería quedarse aislado, fuera de todo lo que involucrase los sentimientos. Y no es porque fuese apático, pero el sentir nunca le había traído nada bueno. Y su infancia fue suficientemente dura como para mostrarle que es mejor guardar lo que siente, a exponerlo ante alguien, para así evitar que ejerza control sobre ti y te destruya.

Sus piernas colgando al vacío le hacían recordar que estaba solo en ese mundo y nunca se había planteado si aquello le afectaba profundamente. Muchas veces evitaba sobre-pensar porque terminaba sumergido en una especie de océano, sin poder nadar ni respirar. A la deriva. Ahogándose con todos esos demonios en su interior que debían ser liberados, pero temía hacerlo porque, de lo contrario, se quedaría sin compañía. El puente Langeis Hills era como una especie de santuario para él, cada que salía de su trabajo, se pasaba por la pequeña construcción de camino a su casa. De alguna manera, sentía que tenía un poder sobrenatural para calmarlo. El aire frío que recorría la colina le recordaba constantemente que había olvidado llevar su chaqueta, las luces que se extendía a lo largo del panorama, mostraban la ciudad un tanto agitada. Los coches corrían de aquí para allá, los empresarios salían de sus trabajos y caminaban por las calles abarrotadas de personas.

En cambio, en las alturas, todo era paz y tranquilidad. Justo lo que necesitaba.

Y justo en ese momento, al ver el abismo y el río silbando por debajo del puente, un sencillo pensamiento surcó su mente: ¿y si saltaba? ¿Qué sucedería? ¿Qué sería de él?

Del cosmos se desvaneció una estrella © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora