-Estoy harta Germán ¡harta! Esto no era lo que yo pensaba que sería mi vida-Mafe discutía con su esposo, era una mujer joven con un porte y elegancia que distaba con la sencillez de la casa de dos plantas, toda de madera y con decoraciones sencillas en donde se encontraba- cuando nos casamos estabas lleno de sueños, de ambiciones, tenías metas por alcanzar, pero desde que nació ese fenómeno lo único que haces es estar al pendiente de esa cosa-dijo con desprecio.
-María Fernanda no digas cosas de las cuales te vayas a arrepentir después- Germán, quien era un hombre muy tranquilo, que amaba a su esposa y haría lo que fuera por ella y su hija, comenzaba a molestarse por las actitudes que su esposa llevaba presentando los últimos meses.
- ¿arrepentirme de hablar? No Germán, no te equivoques, me arrepiento de casarme contigo, de no haberle hecho caso a mis padres cuando me decían que no me convenías, que una mujer como yo no pertenecía a los cafetales, que lo mío es vivir en una gran ciudad y no alejada de la sociedad, pero sobre todo me arrepiento de...
-No lo digas-Germán alza la voz evitando que continuara con sus palabras.
-ME ARREPIENTO DE HABERME DEJADO EMBARAZAR POR TI-gritó la mujer causando un escalofrío en su esposo y rompiendo el corazón de su pequeña hija de tan solo ocho años que se encontraba escondida detrás del barandal de las escaleras de la segunda planta.
- ¡baja la voz! Daniela podría escucharte-el hombre intenta calmar a su mujer buscando evitar que Daniela se entere de sus problemas.
- ¿y tú crees que me importa? Estoy harta de ti, de esta pobreza y de ese monstruo.
-Pues si estas harta de mi hija, de mi casa y de mi ¿Por qué sigues aquí? ¿Qué te detiene? Tal vez tu estas harta de nosotros, pero yo tengo roto el corazón de ver día con día a mi hija rogándole a su madre por un poco de atención, mendigando un poco de su cariño, ¡por Dios Mafe! Es tu hija, tu sangre corre por sus venas, ¿en verdad no existe una chispa de amor por tu propia hija?
-Tienes razón Germán, no sé qué es lo que sigo haciendo aquí, nada me detiene, es por eso que me voy- la mujer camina hacia la puerta, toma su bolso y abrigo del perchero, abre la puerta y voltea a ver la figura de su esposo en el marco de la puerta de la sala de estar que se encontraba con la mirada nublada por las lágrimas- aunque en este momento lo dudes, te amé Germán, te amé demasiado, tanto que renuncie a todo y llegué a esta casa con muchos sueños, sueños que se volvieron pesadillas- voltea con dirección a la segunda planta donde Daniela estaba escondida entre sombras-el abogado de mi padre te enviará el acuerdo de divorcio, no necesito nada de ti, pero sobre todas las cosas no necesito nada del fenómeno ese- se da la vuelta y sale de la casa cerrando la puerta dejando tras de sí a su esposo e hija-hasta nunca.
Dentro de la casa Germán tomó la primera botella de aguardiente que encontró y trago tras trago intentó borrar de su memoria y corazón a la mujer que por años fue su compañera y lo hizo muy feliz dándole una hermosa hija, hija que era tan parecida a ella que le sería imposible olvidarla.
Por su parte, la pequeña Daniela después de escuchar el llanto ahogado de su padre y los diversos vasos estrellados en la pared optó por encerrarse en su habitación, con las palabras de su madre rondando por su mente y con la culpa de ser la causante de la ruptura de sus padres, fue por ella que sus padres eran infelices, esos niños que le hacían burlas en la escuela y le daban múltiples apodos al final tenían razón: ella era un monstruo, un fenómeno, una abominación y todos serían felices si ella no existiera- ¡eso es! Lo mejor que puedo hacer es desaparecer y dejar que mis padres sean felices sin mí- se puso sus botas, en su mochila metió una cantimplora, aditamentos para acampar, tomó una hoja de su libreta y escribió "querido papá: me voy, no me busques, ve por mamá, tú y ella merecen ser felices como lo eran antes de que yo llegara. No te quiero ver triste, tu menos que nadie mereces estar triste, te amo por sobre todas las cosas, sé feliz por ambos. Dany" dobló la hoja y la dejó sobre su cama perfectamente tendida, se puso su impermeable ya que era una noche lluviosa y con suma precaución bajó las escaleras y salió por la puerta trasera de la casa rumbo a la sierra que rodeaba los cafetales de su padre.
Misma noche, pero diferente lugar, Martha estaba acostada en la cama de aquella habitación de hospital que desde hacía unos días atrás se convirtió en su morada, el dolor que el cáncer le ocasionaba ya era insoportable y solo los cuidados paliativos que le ofrecían en el hospital privado le ayudaban un poco en aminorar su agonía. Junto a ella, acostado a su lado, tomándola de la mano se encontraba su esposo Juan Carlos, un hombre de buen corazón que daría su fortuna entera si eso significara poderla curar, mientras que su pequeña hija María José de apenas seis años danzaba para ellos con la música que sonaba proveniente del reproductor de vinilos que el patriarca de esta familia solicitó tener en la habitación para beneplácito de su esposa que amaba la forma en que el sonido era reproducido por esos aparatos.
-Ha sido una vida corta pero perfecta- menciona Martha sonando cansada- ha sido un placer coincidir en esta vida contigo, ser tu compañera por estos sustanciosos años y poder concebir junto a ti esa perfecta pequeña que es la luz de mis ojos, prométeme que seguirás trabajando duro para catapultar más alto nuestra empresa de exportación, necesitamos que el mundo entero conozca y se enamore de la delicia que es nuestro café.
-Deja de preocuparte por el negocio amor, créeme cuando te digo que todo está en orden y que la empresa funciona con o sin nosotros- el hombre deja un beso en la cabeza de su esposa quien se encontraba recostada sobre su pecho- mejor descansa, ya es tarde y mañana en la mañana tienes programados algunos laboratorios así que lo mejor será que durmamos.
-Pero no se vayan a ir, no me dejen sola esta noche ¡por favor! –rogó la débil mujer obteniendo un gesto afirmativo por parte de su esposo- Poché ven- llamó a su pequeña bailarina quien de inmediato se lanzó sobre la cama de hospital donde sus padres se encontraban, ella no lograba comprender las implicaciones de la enfermedad de su madre, ella solo sabía que mamá estaba enferma, que los médicos le daban medicamento y que pronto haría efecto, sanaría y volverían a casa-mi vida, tu eres la princesa de mamá, recuérdalo siempre, mereces todo el amor del mundo, mereces ser tan feliz en tu vida como yo lo he sido en la mía, mereces una persona que te ame tanto como tu padre me ha amado, tan incondicional que no le importe nada más que hacerte feliz-le deja un par de caricias en el rostro, sin embargo no cuenta con la fuerza suficiente para mantener el brazo extendido por tanto tiempo- necesito que ambos me prometan que siempre van a apoyarse, que cuando yo ya no esté buscarán la manera de ser felices, sean fieles a ustedes mismos, no pierdan su generosidad, su amor, su alegría y su esencia, esa que tanto amo de ambos.
-Descuida mami, las medicinas que el doctor te da van a curarte y nos iremos todos juntos a casa, es solo que necesitas hacerle caso al doctor y tomarte todo lo que te dan, aunque sepa feo-hace un gesto de estarse metiendo el dedo en la boca y estar vomitando por el asco que le ocasiona la medicina- pero si prometiendo que estaremos bien cuando tu no estas con nosotros te vas a poner feliz, pues entonces lo prometo- cruza su corazón con su dedo y se abraza al pecho de su madre para dormir por última vez en sus brazos.
Después de las promesas hechas y el sueño invadiendo el cuerpo de las mujeres Garzón, Juan Carlos tomó a su hija en brazos y comenzó su caminar hacia el ascensor, si bien tenían permitidas las visitas hasta altas horas, debían salir antes de media noche del hospital o sino ya no lo podrían hacer. Antes de que la puerta del ascensor se abriera las alarmas que indicaban que un paciente estaba entrando en paro sonaron haciendo que el equipo médico de emergencia se dirigiera hacia la habitación del paciente comprometido, Juan Carlos por curiosidad volteo hacia el pasillo observando como el equipo médico entraba en la habitación de su esposa. Con su hija aun dormida se acercó a la habitación y desde la puerta de entrada vio como los médicos luchaban por traer de vuelta a la vida a su esposa, pero ella ya no estaba, su cuerpo estaba demasiado debilitado por lo que no resistió.
Esa noche dos niñas perdieron a sus madres, dos madres muy diferentes abandonaron a sus esposos e hijas y esos dos pequeños seres crecerán una siendo la princesa de papá y la otra sintiéndose el monstruo que separó a sus padres.
Estoy de vuelta con esta linda historia que espero sea de su agrado.
Les dejo un mini maratón de cinco capítulos y nos leemos de nueva cuenta el próximo Domingo donde les publicaré dos capítulos juntos.
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Amor a la medida
FanfictionEn un matrimonio arreglado por sus padres ¿Qué puede salir mal? Una historia donde Daniela y María José son tan diferentes que sin darse cuenta se complementan y con la convivencia diaria que les trae el ser un matrimonio que se ama ante todos los e...