Capítulo 11

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Hoy llegan un poco antes porque al entrar a Wattpad me di cuenta de que ya somos 90 seguidores y eso me hizo muy  feliz porque nunca pensé que llegaría a tener ni diez así que compartiré mi felicidad con ustedes publicando antes estos dos capítulos.

Enjoy


- ¿Por qué me pasa esto con ella? ¿Por qué no puedo negarle nada? ¿Por qué siento la necesidad de abrazarla y besarla como si de eso dependiera mi vida? –se cuestiona mentalmente Daniela una vez el beso había llegado a su fin y comenzaban los abrazos de año nuevo con las personas que estaban a su alrededor, ella solo observaba como María José tomaba una maleta y corría junto con Lala y Lucia alrededor de la casa grande.

-Mañana me marcho después del desayuno-menciona Juan Carlos sacando a Daniela de sus pensamientos- me gustaría que tanto tu como mi hija pudieran hacer un esfuerzo por estar a tiempo, y al decir tanto tu como mi hija me refiero a que logres sacar a esa niña de la cama antes de las nueve de la mañana sin contratiempo alguno-sonríe el hombre a sabiendas del como su hija gozaba de dormir hasta tarde.

-Descuide Juan Carlos, me encargaré de que esté a tiempo, aunque eso implique mojarla para que se levante de la cama.

-Muchacha prefiero que las maneras que tengas para despertar a mi hija queden entre ustedes dos solamente- el hombre sonríe al ver la inocencia de Daniela ya que en primera instancia no se dio cuenta de que la palabra mojar podría ser interpretada en otra manera hasta que su suegro se lo hizo notar y esta moría de vergüenza.

-Don Juan Carlos qué pena, no lo dije con esa intención, yo hablaba literal de echarle un vaso de agua helada en la cara, usted sabe que su hija y yo no somos esa clase de recién casadas- menciona completamente roja.

-No te disculpes niña, yo mejor que nadie se las razones del porque aceptaste casarte con ella, sin embargo, eso no quiere decir que con el tiempo y la convivencia las cosas vayan a seguir iguales-le deja un par de palmaditas en el hombro- reconozco ese brillo en la mirada de María José, está disfrutando el estar aquí, solo espero que continúe así incluso cuando yo me vaya, las festividades terminen y ella tenga que comenzar a trabajar con ustedes.

-Descuide Don Juan Carlos, prometo cuidarla y hacer todo porque ella se encuentre bien-responde Daniela firmemente.

-No necesitas prometer que la cuidarás porque sé que eso es lo que vas a hacer, solo prométeme que no cederás fácilmente ante sus caprichos, es claro que algo pasa entre ustedes, de noche buena para acá las he podido observar con una complicidad propia de una pareja.

-No tiene nada de qué preocuparse Juan Carlos porque no tiene nada de qué preocuparse ¿cierto Callecita? Eso es simple actuación para evitar que los peones rumoren sobre la veracidad de este matrimonio, ella y yo ya lo hablamos y es por eso que estamos en el mismo canal.

-Vaya, ahora entiendo cuando me dijiste que trajera mi cámara- menciona Poché al disfrutar de la hermosa vista que el paisaje frente a ella reflejaba- por cierto, gracias de nueva cuenta por mi regalo- señala la cámara digital- ¿Cómo supiste que me hacía falta una?

-Porque los primeros días cargabas con el iPad a todos lados para tomar fotos de todo lo que hay en la finca, solo pensé que una cámara sería más práctica de manejar- responde Daniela atando tanto a Ámbar como a Peony al tronco del árbol bajo del cual después de colocar una manta se sentaría a su sombra a leer.

-Eres una mujer observadora- menciona María José mientras comienza a recorrer la zona y a lanzar disparos aleatorios que terminan después de varias tomas enfocando en dirección a la castaña, la cual, se encontraba perdida en la lectura y no se dio cuenta de las fotografías que la pelinegra le hacía, ni mucho menos de que esta se acercaba a ella, hasta que se colocó junto a ella- entonces ¿esto es todo lo que haces por las tardes?, ¿no me tengo que preocupa porque salga alguna amante por debajo de las piedras?

Amor a la medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora