Amor a la medida

Capítulo 37

Manuela había llegado a la capital, pero en lugar de tomar un avión rumbo a Miami se desvió hacia una zona de bodegas donde entró en una de ellas, la cual estaba adaptada como si fuera un apartamento. Al entrar dejó la maleta recién comprada junto con la ropa a un lado de la puerta de entrada y caminó directo al sofá donde su rubia madrastra la esperaba.

-Tantos años persiguiendo nuestro objetivo y ese bastardo y su madre nos van arruinar nuestros planes- Manuela se dirige a su madrastra haciendo referencia a María José y el pequeño Carlos Daniel- años de estar detrás de ella, años de estudiarla para crear una coartada perfecta y lograr enamorarla para que llegue esa mujer sin chiste, con su hijito que para colmo es una copia de Daniela solo que con ojos verdes y estén a punto de echarnos abajo el negocio- la mujer de cabello caramelo se dejó caer pesadamente en el sofá cerrando los ojos y por su mente comenzaron a rodar imágenes de los últimos años; imágenes que mostraban como ella y su madrastra se quedaban en la calle después de que su padre lo perdiera todo en las apuestas de caballos y al no tener con que pagar, los mafiosos a los que les debía dinero lo desaparecieran misteriosamente y sin dejar rastro alguno; del como nadie se enteró de lo sucedido con su padre por lo que Manuela pudo continuar trabajando dentro del mundo ecuestre pero que al estar acostumbrada a un estilo de vida ostentoso se las tuvo que arreglar para manipular carreras de caballos y así ganar en las apuestas que se hacían tanto dentro del hipódromo como fuera de este; la imagen clara de Daniela en Kentucky, donde hubo ese primer acercamiento y donde no pudo hacer más para no asustarla en desmedida; el tiempo que les llevó hacerse del dinero suficiente para moverse a Madrid una vez que habían dado con Daniela y sabían dónde estudiaba; encontrar el momento exacto para ese segundo acercamiento y lograr que la castaña no sospechara nada, ganarse su confianza y poco a poco volverse indispensable en su día a día; inventar ese supuesto enfrentamiento con su padre debido a sus preferencias y la relación que mantenía a larga distancia con Daniela, relación que siempre estuvo destinada a terminar en boda por lo que al quedarse sin nada jugarían la carta de la culpabilidad con la castaña y al ver que funcionó Manuela se adentró en el mundo ecuestre español con la finalidad de hacer sentir culpable a la castaña una vez esta decidiera regresar a Colombia y la mujer de cabellos caramelo estuviera dispuesta a sacrificar todo por ella, logrando así que Daniela le pidiera a Manuela ir con ella a Colombia en calidad de prometida y no solamente de novia. Lo que Manuela no contaba era con que Daniela quisiera tener hijos, cosa que era imposible porque ella era estéril a consecuencia de una caída de un caballo donde el animal le golpeo el vientre y le tuvieron que extirpar el útero debido a una hemorragia interna que el golpe le ocasionó; sin embargo su madrastra parecía estar siempre un paso adelante de las complicaciones ya que contrató a un médico para que les diera las malas noticias a ambas sobre la esterilidad de Daniela y así aumentar su culpa- incluso has tenido que llegar hasta el punto de inventar que mi padre esta grave en el hospital para que yo pudiera salir de ahí y encontrarme contigo para poder cambiar de estrategia.

-Escúchame bien Manuela-la rubia mujer con templanza y tranquilidad se acerca a la chica de cabellos caramelo- debes mantenerte tranquila, todo está fríamente calculado, llevamos años envolviendo a ese fenómeno, la tienes comiendo de tu mano, ahora solo debemos dar la estocada final.

-En algo tienes razón- abre su cartera para sacar la tarjeta negra de la castaña- confía plenamente en mí.

-Esto es perfecto, ya sabía yo que esa niña es una ilusa igual que su padre- menciona la rubia- ahora lo único que debemos hacer es que te firme alguno de estos documentos- le entrega una carpeta repleta de hojas donde Daniela le cedía sus porcentajes de acciones de la finca, del hotel, de la tostadora, en pocas palabras de cualquier negocio que llevara el apellido Calle en él y donde pudiera figurar la castaña.