Capítulo 16

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Los días pasaban con tranquilidad, los estragos causados por las lluvias cesaron y la vida de la finca regresaba a la normalidad, bueno, al menos para la gran mayoría, ya que el matrimonio Calle-Garzón continuaba a la espera de la valoración del médico. Había pasado una semana desde su última visita y extrañamente María José se había comportado a la altura de la situación, siguiendo al pie de la letra las indicaciones del médico e incluso sorprendiendo a Daniela ya que las insinuaciones y besos robados pararon, aunque todas las noches se acostaba a dormir abrazándose al pecho de la castaña y pidiéndole permiso para darle un beso de buenas noches, el cual la castaña no le negaba y duraba lo que la pequeña pelinegra quisiera.

Las chicas pasaban sus días entre películas, visitas constantes de sus padres y las chicas de servicio, además de desarrollar una idea que le surgió a María José después de ver una comedia romántica que se situaba en un hotel boutique dentro de unos viñedos, idea que tuvieron tiempo de perfeccionar y que cuando el médico llegó a revisarlas y les permitió subir y bajar escaleras, el par de chicas llamaron a sus padres al despacho de Germán para contarles su idea y correr con ellos los números que lo harían factible o no.

- ¿y todo esto se les ocurrió viendo una película? –cuestiona Germán sorprendido de ver la presentación que tanto su hija como nuera le mostraban, al parecer la pequeña Garzón era habilidosa en el diseño gráfico y edición de fotografías porque las imágenes que observaban en efecto eran de la casona, pero con muchas mejoras.

-Más bien se le ocurrió a María José-responde Daniela- yo solo le pasé las imágenes y los datos, la mente creativa es de ella-menciona orgullosa de la chica que robaba sus suspiros y que con esta idea dejaba claras sus intenciones de permanecer junto a ella por tiempo indefinido.

-Esto me hace sentir muy orgulloso Poché-menciona Juan Carlos- al final de cuentas venir a esta finca no fue tan mala idea-sonríe el hombre regordete.

-No papito, de hecho, fue una gran idea-sonríe tomando la mano de Daniela y esta responde dejando un beso en el dorso de su mano- ¿ustedes creen que sea factible y rentable un proyecto como este?

-Tal vez-menciona Germán pensativo- podríamos aprovechar el éxito de nuestro café en el extranjero para lanzar una página de internet y tener redes sociales tanto del café como de la finca promoviendo el hotel, la finca es lo suficientemente grande como para hacer paseos a caballo, caminatas, además de enseñarles el proceso de siembra, recolecta y tueste del café, hacerles una cata de las diferentes mezclas e incluso podríamos darle salida a ese licor de café que tú y Joaquín preparan-se dirige a su hija.

- ¿no crees que necesitaríamos mucha inversión? -menciona Daniela preocupada por el hecho de no desequilibrar las finanzas de la finca, sabía que debido a los recientes cambios hechos para la exportación de más café se encontraban recuperando la inversión poco a poco.

-Si de inversión vamos ustedes no deben preocuparse por ello-menciona Juan Carlos- creo que sería lo justo que Poché participara como inversionista ya que es su idea y así no tendría limitaciones en cuanto presupuesto para las mejoras y todo lo que su cabecita tenga en mente, además conozco a mi hija y ella no es de escatimar en gastos.

-Eso me parece excelente papito - responde María José- y no porque me vaya a gastar una fortuna en la remodelación, sino que de esta manera siento que estoy aportando algo más que mis ideas a este proyecto.

-No tienes que aportar nada María José, eres mi esposa y todo lo mío es tuyo-comenta Daniela sabiendo hacia donde se dirigía la pelinegra.

-Lo sé, tanto tu como Germán y todos los habitantes de la finca me han hecho sentir en casa, pero me es inevitable no sentirme como una extraña y si mi papá invierte dinero en la remodelación me voy a sentir parte de ello por estar cuidando su inversión por así decirlo.

Amor a la medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora