Capítulo 26

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-Me da mucho gusto que tú y el ratoncito estén aquí, esta finca es su hogar y nunca debieron salir de aquí- menciona nana María mientras ella y María José se encargaban de limpiar y abastecer la cocina de la cabaña, tanto la sala, como la planta superior ya habían sido limpiadas y ahora solo faltaba dejar la cocina funcionando- mi hijo fue un tonto impulsivo que no solo destruyó la felicidad de mi niña y tuya, sino que también arruinó la de Lucia y la suya propia.

-Nana-María José hace una pausa para acercarse a la mujer quien desde el día anterior estaba muy sensible- Johan es un buen hombre, si, concuerdo contigo en que es muy impulsivo, pero actúa pensando en que va a ayudar.

-Luciano es igual de impulsivo- suspira- tuve que hablar con Lucia, no pude contenerme y antes de que mi nieto cumpliera sus dos años le pedí que habláramos.

- ¿de qué necesita hablar conmigo nana María? - menciona Lucia entrando en la cocina de la casa grande donde la mujer preparaba el almuerzo que se serviría en corto.

-Voy a ser clara muchacha- la sentó junto a ella en la mesa de la cocina- es necesario que seas muy firme con Luciano, es igual de impulsivo que su padre y si no le dejas claro que si se sube al árbol se puede caer y lastimar, él lo hará hasta que en realidad si se accidente.

- ¿su padre? –cuestiona sorprendida trabándose un poco al hablar- Nana creo

-No me veas así Lucia- interrumpe a la morena que se encontraba en shock tras escucharla- ¿creías que no me daría cuenta de que ese pequeño rubio es la viva imagen de mi hijo? –cuestiona sin obtener respuesta de la morena quien solo baja el rostro- oye –llama su atención- yo no soy quien para meterme en sea lo que sea que ustedes llegaron a tener, si no te dije nada desde el nacimiento del pequeño fue porque no lo vi necesario, pero ahora cada que lo veo correr sin precaución, aventarse a los perros o incluso intentar escalar la cerca para correr al hotel, me es imposible no recordar a mi hijo y todo lo que a mí se me dificultó educarlo porque no tenía idea de cómo educar a un niño tan impulsivo.

- ¿está enojada?

- ¿contigo? –nana María observa como la morena asiente- para nada, enojada estoy con ese rubio bobo que tengo por hijo que solo vino a arruinarle la vida a mi niña Daniela y de paso se la arruinó a él mismo.

-Él ¿está bien? ¿sabe de la existencia de mi hijo? –cuestiona con temor, no quería que el rubio llegara un día y arrancara a su hijo de su lado.

-Lo sabe, si-menciona tranquila- pero también es consciente de que cometió un error y se castiga por ello manteniéndose alejado de ti y por consiguiente de tu hijo.

-Sé que Luciano en algún momento me pedirá saber sobre su padre, espero que cuando ese día llegue hablar de ese rubio bobo no me duela como lo hace ahora- responde Lucia con sus ojos brillosos en señal de las lágrimas que se están preparando para salir.

-Si te sigue doliendo solo mándalo conmigo, yo le hablaré del bobo de su padre-le sonríe cálidamente para ponerse de pie y antes de regresar a la estufa para revisar los guisos que se estaban cocinando es arrastrada por una morena en un fraternal abrazo que terminaba con un simple gracias.

-Johan es un buen hombre nana-menciona María José- en verdad espero que todo esto termine pronto y lo podamos tener de vuelta con nosotras, me niego a pensar que no lo volveremos a ver.

-Ay mi niña, en este país donde el narco tiene tanta gente infiltrada en todos lados dudo mucho que mi hijo salga bien librado, lo conozco y sé que en estos momentos en lugar de estar escondido ha de estar trabajando con la policía para capturar a quienes se infiltraron en la exportadora de tu padre-suspira pesadamente- el único que me consuela es que todo lo hizo por protegerlos a ti y al ratoncito.

Amor a la medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora