Capítulo 35

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Habemus maratón

Se los dejo desde hoy para que vayan procesándolo, los dos capítulos de mañana van a quedar algo tarde así como 3 o 4 pm hora del centro de México.

Enjoy


Ducha relajante, un momento dedicado exclusivamente para ella, su conexión consigo misma y dar la bienvenida a un nuevo día, día en donde el plan que su prometida había diseñado la noche anterior antes de caer rendida consistía en salir antes del amanecer para poder verlo en una de las colinas de la finca, sin embargo los primeros rayos de sol ya habían hecho su aparición y se colaban por entre las cortinas que se encontraban en la amplia ventana de su habitación, dejando ver a una castaña profundamente dormida lo que le dio el tiempo suficiente para vestirse, colocar un maquillaje natural y bajar a la cocina por algo ligero de desayunar para ella y su flamante bella durmiente.

Después de algunos minutos en los que mantuvo una conversación cordial con nana María y Valeria mientras estas preparaban sus alimentos, caminó rumbo a la habitación que compartía con la castaña, que, continuaba dormida, por lo que optó por dejar la bandeja con el desayuno en la mesa de noche, se metió en la cama y comenzó a llenar el rostro de Daniela con suaves besos con la finalidad de despertarla.

-Basta amor- una somnolienta Daniela menciona sin abrir los ojos- me haces cosquillas- ríe al sentir como le llenaban el rostro de besos y una mano dejaba caricias sobre su vientre, acción que le hizo abrir los ojos y darse cuenta de que quien la besaba y tocaba era Manu por lo que la amplia sonrisa que tenía se apagó al momento en el que se dio cuenta de que era parte de un sueño el que quien la llenaba de besos era María José y no su prometida, por lo que el regreso a la realidad dolía ya que era una realidad donde los besos de María José ya no le pertenecían; una realidad donde ella se encontraba con alguien más, mientras que María José seguramente despertaba abrazando y llenando de besos a su hijo, pensamiento que le hizo esbozar media sonrisa, ya que al menos una parte de ella siempre estaría con la pelinegra.

-Venga amor-Manu se levantó dándole la espalda para enfocarse en colocar la bandeja con comida sobre el regazo de la castaña- desayunemos para iniciar el día, el amanecer ya nos lo perdimos, pero me encantaría salir a pasear por los alrededores y al terminar ir a almorzar al hotel, ayer me dieron muy buenas referencias sobre el bufet que tienen- comenta evitando hablar sobre la reacción que tuvo Daniela al abrir los ojos y verla a ella.

-Lo siento Manu, creo que me quedé dormida y arruiné nuestra salida- se sentó con la espalda recargada en la cabecera de la cama, recibiendo la bandeja con el desayuno, el cual comienza a degustar en compañía de Manu que se sentó junto a ella y en las piernas de ambas descansó la charola que contenía arepas, huevos revueltos, fruta picada y café para ambas.

-Descuida amor, yo lo que más disfruto es pasar el tiempo contigo, ya sea paseando para ver el amanecer o para conocer los alrededores de la finca, aunque creo que deberíamos de hablar sobre qué es lo que voy hacer aquí, porque tu padre es el dueño y lo he visto limpiando excremento de caballos, María José es inversionista del hotel y cafetería y la veo sirviendo café, atendiendo mesas y lavando tazas, por lo que yo también me quiero incluir en el trabajo, no quiero que todos aquí piensen que soy una inútil mantenida, suficiente tengo con ser la razón por la que tu no regresas a formar la familia feliz junto a tu hijo y su madre.

-Manu, por favor.

-Está bien, está bien, no quiero discutir, pero si me gustaría hacer algo con mi tiempo, he compartido contigo mi experiencia en la finca con mi padre y los años que he practicado equitación así que no estoy acostumbrada a no hacer nada, necesito sentirme útil, estar activa en algo, lo que sea.

Amor a la medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora