Capítulo 14

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Hacía una mañana hermosa a pesar de que el reporte meteorológico pronosticó desde la noche anterior una tormenta para la zona de los cafetales.

Habían pasado algunos días después del nacimiento de Alejandro, todo estaba en orden con el pequeño, pero María José cambió el desayunar en la casa grande por hacerlo en la casona junto a su pequeño ahijado, al menos ese era el pretexto que se creó para compartir el menor tiempo posible con Daniela, porque, aunque le doliera reconocerlo, sus palabras habían calado hondo en ella.

-Eres perfecto pequeño Alejandro- le decía al pequeño que descansaba en su regazo- me pregunto si en algún momento de mi vida yo también lo fui y si así fue ¿en qué momento me perdí? –suspira observando la negra cabellera del pequeño- ¿en qué momento pasee de ser una niña dulce y dedicada a la mujer caprichosa, dependiente y sin futuro que soy hoy?

-Dudo mucho que mi pequeño tenga las respuestas- la voz de Brenda se hace presente en la habitación asustando a María José- o si las tiene no creo que podamos entender su manera de comunicárnoslo.

-Me vas a matar de un susto Brenda-menciona María José al ver como su futura comadre se acerca a ella, toma al pequeño y lo coloca en el cunero- yo, lamento estar aquí sin habértelo consultado antes, pero prefiero pasar el tiempo con él a estar de inútil con ustedes en la cocina.

-En primera no se preocupe que usted es la patrona y puede estar donde lo desee y en segundo no es ninguna inútil- responde gentilmente la mujer- tal vez aun no encuentra su vocación y es por eso que no define su rumbo, pero no se preocupe, en algún momento le llegará. Por ejemplo, yo toda la vida quise ser maestra, quería enseñarles a los niños a leer y escribir, a disfrutar de aprender como lo hacía yo.

- ¿y qué pasó? ¿Por qué estás aquí?

-La vida pasó señora, yo soy profesora y como servicio social me enviaron a trabajar con la comunidad del pueblo y sus alrededores porque se quedaron sin profesor, como ya llevaban mucho tiempo así me tocó ir de finca en finca a presentarme para invitarlos a que si tenían niños los comenzaran a enviar al pueblo a estudiar, pero cuando llegué aquí Joaquín me atendió y el resto es historia: amor a primera vista, me cortejó mientras yo realizaba mi servicio y mientras yo me negaba y le repetía una y mil veces que lo nuestro no funcionaría porque yo me iría al terminar mi servicio él me respondía que me seguiría hasta el fin del mundo si era necesario.

-Pero estas aquí, ¿dejaste tu sueño por él?

-No, es solo que mi sueño cambio. Cuando liberaron mi servicio me fui, regresé a mi ciudad, me gradué y el día de mi grado él estaba ahí con un gran ramo de flores y una enorme sonrisa. Cabe destacar que yo tenía la misma sonrisa que él, que desde que había regresado del servicio mi estado de ánimo no había sido el mejor del mundo, incluso mis padres me decían que me mandarían de regreso porque estaba insoportable y solo bastó con verlo para entender que mi vida era a su lado, no importaba haciendo que, pero a su lado.

-Entonces ¿cambiaste tu sueño por Joaquín?

-No, Joaquín se volvió mi sueño, estar junto a él y formar una familia juntos se volvió mi sueño, nuestro sueño, uno que nunca antes había considerado pero que al tenerlo a él todas las piezas encajaron, aunque tardamos un poco en poder hacerlo realidad-observa al pequeño Alejandro dormir- verá señora, este pequeñito no solo es el producto del gran amor que mi esposo y yo nos tenemos, también es signo de milagro porque según los doctores yo no podría tener hijos nunca debido a mi condición de ovario poliquístico, incluso algunos médicos querían hacerme cirugía y quitármelos para que no me generara problema después, pero ni Joaquín ni yo nos dimos por vencidos y en nuestro último intento por una quinta opinión diferente nos topamos con una ginecóloga algo grande en edad que nos dijo que lo nuestro era muy difícil pero que no imposible, me dio tratamiento que seguí por dos años y después me pidió que lo interrumpiera y que tuviéramos una vida sexual sana, nada de tener sexo como conejos, en posiciones extrañas o cuando mi temperatura vaginal fuera la exacta, que dejáramos las presiones y estrés de lado, que le diéramos tiempo al tiempo y que no nos preocupáramos si pasaban los meses y no pegaba, que esto era de paciencia y mire, mi paciencia tuvo su recompensa y después de cinco años de casada con mi marido aquí esta nuestro pequeño regalo de la vida.

Amor a la medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora