Capítulo 2

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El fresco amanecer se hizo presente en la finca Calle, los años fueron buenos con el negocio familiar y Germán Calle junto a su hija y sus fieles empleados se encargaron de sacar adelante los sembradíos de café, que en la actualidad eran el triple de tierras debido a que Germán se había hecho de las fincas de sus alrededores al quedar estas sin sus dueños y con herederos que en su vida habían pisado el campo por lo que no dudaron en vender al ver las generosas ofertas que Germán les hizo.

La noche que Mafe lo dejó, Germán sintió que su vida se acababa, pensó que ese era el dolor más grande que podría llegar a sentir, sin embargo, a la mañana siguiente, al leer la carta de su hija y buscarla desesperado pensando en todos los riesgos que corría y al ver en el dolor y culpa que ella sentía, se dio cuenta de que no sentiría dolor más grande que ver a su hija sufrir y se hizo una promesa: luchar junto a su hija para sacar la finca adelante, volverla prospera y ayudar a Daniela a ser feliz.

Con esfuerzo y dedicación la finca salió adelante con el paso de los años, se volvió prospera con la excelente producción de granos de café arábigo, todos los peones decían que si sus granos eran los mejores de la región era gracias a Daniela, la pequeña después del abandono de su madre comenzó a estudiar desde casa ya que su padre no la quiso exponer a mas humillaciones (una mañana de clases justo después de que su madre se marchó, Daniela olvidó una de sus libretas y Germán se dispuso a llevársela para que la maestra no le llamara la atención, para su sorpresa encontró a su hija siendo acosada por un par de compañeros por lo que la tomó en sus brazos, pasó a la dirección para darla de baja y le puso un tutor que le enseñara desde casa) por lo que todas las mañanas, la pequeña niña se levantaba a las cinco de la mañana para salir a los cafetales y hablarles a las plantas, decirles lo hermosas que eran y sobre todo pedirles que dieran sus mejores frutos para así ser la mejor finca cafetalera del mundo. Tal vez no eran la mejor finca del mundo, pero estaban en vías de serlo, con los años su producción subía, su calidad era la mejor y vendían sus granos a empresas que se encargaban de tostar, envasar y comercializar, hasta que cerca del cumpleaños número 18 de Daniela compraron una finca que tenía un espacio dedicado al tueste y envasado de los granos de café que producían y ahí comenzó el sueño de llevar Café Calle a cada rincón de Colombia y del mundo, algo que gracias a exportaciones Garzón prontamente sería un sueño que se volvería realidad.

♫Cumpleaños feliz, Te deseamos a ti, Cumpleaños Daniela, Cumpleaños feliz♫ Que los cumpla feliz, Que los vuelva a cumplir, Que los siga cumpliendo, Hasta el año 3000♫-entonaron los tres mosqueteros (Joaquín, José y Edgar), Germán, nana María y su hijo Johan, todos se encontraban alrededor de la pequeña mesa redonda que había en la cabaña que desde hacía un par de años atrás Germán había ordenado comenzar a construir con los diseños que habían en las paredes de la habitación de Daniela y que esta se empeñó en ayudar a construir.

-Pide un deseo mi ratona-indica Germán cuando el cántico cesó y Daniela se disponía a apagar las 18 velas que adornaban la torta de cumpleaños.

-Tengo todo lo que podría desear papito-menciona la joven antes de soplar para apagar todas las velas y escuchar aplausos de parte de los invitados.

Todos compartían un pedazo de torta sabor moka que María horneo especialmente para su niña, hablaban sobre los sembradíos que José y Edgar supervisaban en la finca, Joaquín estaba encargado de la tostadora, Germán se encargaba de administrar el lugar con apoyo de Daniela, ella comenzaba desde temprano sus rondas por la extensión de la Finca ayudando en lo que se ofreciera, después del desayuno ayudaba a su padre en labores administrativas y por la tarde comenzó a estudiar la universidad en línea. Johan por su parte se había marchado un semestre atrás a la capital para estudiar administración y negocios internacionales por lo que ahora le contaba a su madre, a la cumpleañera y el padre de esta sobre sus aprendizajes y experiencias, ya que los mosqueteros se habían marchado rápidamente ya que aún quedaban algunas cosas por supervisar.

Amor a la medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora