Amor a la medida

Capítulo 23

Muchachos
Ahora nos volvimos a ilusionar
Quiero ganar la tercera
Quiero ser campeón mundialY al Diego
Desde el cielo lo podemos ver
Con Don Diego y La Tota
Alentándolo a Lionel, y ser campeones otra vez, y ser campeones otra vez

El D10S del fútbol les regala un capítulo más. 

- ¿gusta algo de tomar señor Garzón? –cuestiona Johan al hombre regordete que acababa de entrar en su apartamento, en el rostro del hombre podía ver reflejada la preocupación y Johan no deseaba incrementar su preocupación al decirle que María José estaba dormida debido a que la llevó al médico y este le recetó calmantes para que pudiera descansar.

-Agua natural está bien- responde el hombre tomando asiento en el sofá de la pequeña sala- ¿y mi hija? ¿Dónde está? –cuestiona al ver que a pesar de que su voz sonaba por el apartamento la pelinegra no salía por ningún lado.

-Dormida- suspira el rubio con pesadez y pesar, se acerca al hombre con el vaso con agua, se lo entrega y se coloca junto a él en el sofá- el camino de vuelta a la capital fue muy pesado para ella y al llegar se desvaneció por segunda vez por lo que la llevé al médico y le dio algo para calmarla.

- ¿Cómo que se desvaneció? ¿está bien? –el hombre comenzó a preocuparse- será mejor que la lleve con su médico para que la revise.

-Concuerdo con usted, pero por ahora dejémosla descansar un poco más- toma la taza de café que estaba sobre la mesa de centro- ya no debe tardar en que pase el efecto por lo que creo que nos vendría bien el tiempo que tenemos para que me haga todas las preguntas que han estado rondado por su mente desde que llegó.

-Me parece bien muchacho, pero mi única pregunta es ¿Qué fue lo que pasó? Honestamente no entiendo cómo es que mi hija terminó en la capital contigo y Daniela dejando la finca sin decir a dónde fue.

- ¿Daniela se fue? Ella ¿dejó la finca? ¿en verdad? –cuestiona sorprendido.

-Lo hizo, no pudo con el dolor que los recuerdos le ocasionaban y decidió irse sin decir a donde, aunque prometió mantenerse en contacto con Germán.

-Vaya, eso sí que no me lo esperaba-menciona Johan aun perdido en la noticia recibida.

- ¿entonces? ¿vas a contarme algo? –cuestiona impaciente.

-Sí, lo siento- menciona el chico saliendo de sus pensamientos- todo inicia con su secretaria entregándome correspondencia el día viernes, fui revisando cada sobre hasta que llegué a un sobre que solo decía mi nombre pero no traía remitente por lo que fui con su secretaria y me dijo que usted mismo le había dicho que me lo entregara que eran caras de María José para mí y Paula por lo que tomé mi hora de almuerzo para leer mi carta, incluso le llamee a Paula para decirle que tenía noticias de María José, pero mi amiga estaba ocupada en su trabajo y me regresó la llamada hasta cuando yo ya iba en camino a la finca.

-Sí, recuerdo que Poché me dio esas cartas antes de mi viaje y las mantuve conmigo hasta que regresé aquí, pero por una u otra razón olvidaba entregártelas y fue hasta ayer en la mañana que lo recordé, quizás por el hecho de que sabía que hoy viajaría a la finca.

- ¿está seguro que Poché se las entregó? –cuestiona Johan quien para este momento ya tenía amplio conocimiento del origen de esas cartas, pero sobre todo de que Poché no tenía intención de entregar esas cartas, al contrario, deseaba quemarlas para que nunca vieran la luz.

-Recuerdo hablar con ella pidiéndole que les escribiera a ti y Paula porque había decidido quedarse en la finca para darse una oportunidad con Daniela, ella me dijo que las tendría listas al día siguiente y así fue-menciona el hombre haciendo memoria sobre lo ocurrido cinco meses atrás- al día siguiente me pasé por su cabaña, recogí las cartas y hablé con Daniela.