Capítulo 4

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Estuve investigando, incluso llamé a varios de mis maestros para poder conseguir informaciones de cómo ayudar a alguien a recuperar la memoria

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Estuve investigando, incluso llamé a varios de mis maestros para poder conseguir informaciones de cómo ayudar a alguien a recuperar la memoria. Todos me dieron consejos que consideré útiles, pero escogí el de mostrarle fotos, no fotos de él, sino de sus gustos.

Quería pensar que después de eso, las cosas volverían a la normalidad, pero existía la posibilidad de que cuando lo recordara todo, el odio que quizá sentía por mí fuera más fuerte que el amor que nos unía.

Tenía miedo de que me reconociera, pero era injusto que viviera sin saber quién era, que hubiera olvidado sus gustos, sus familiares... No merecía tener una vida diferente sin siquiera haberla deseado.

Estaba devastada por la situación en la que Jensy estaba envuelto, y consideré que sería una egoísta si no intentaba ayudarlo.

Además de sentir dolor por haberme separado de él en malas condiciones, lo seguía amando. Me había sentido tan destruida cuando pensé que me iba a abandonar, pero mis sentimientos por Jensy seguían siendo los mismos.

Estaba dispuesta a arriesgarme a perderlo todo por ayudarlo a él.

El maestro se despidió de nosotros, y apagué mi portátil. Me levanté de la silla del escritorio, exasperada. Entendí parte de la clase, aunque mi mente solo quería estar enfocada en Jensy.

Le dije a Angus que solo lo vería en esa ocasión, pero ya que estaba segura de que se trataba de Jensy, no estaba dispuesta a quedarme de brazos cruzados cuando él me necesitaba. Tomé la decisión de ayudarlo, pero tenía miedo de que eso afectara todo lo que habíamos construido.

Solo quería seguir creyendo que esa era nuestra segunda oportunidad.

Me acerqué a la ventana de mi habitación, frustrada. Alcé la mirada para ver esa casa que me impedía observar el paisaje, y empecé a murmurar palabras de odio hacia ella.

Sí, de alguna forma debía desahogarme.

Solo que mis palabras fueron interrumpidas cuando una silueta masculina se hizo presente y salió al que supuse era el balcón de su habitación.

Me centré en el aspecto del chico y no tardé en darme cuenta de quién era.

Todos los nervios y el pánico empezaron a inundar mi ser. Verlo durante veinte segundos era una cosa, pero nunca pensé que sería mi vecino, nunca pensé que estaríamos tan cerca.

Me quedé de pie, observando por la ventana unos segundos más para confirmar mis sospechas. Se trataba de Mark. Era cierto que antes era guapo, mas estaba mucho mejor. Su cuerpo no estaba descuidado. Su cabello rojo rozaba su frente, y su piel estaba más bronceada.

Se sentó en la silla, y me aparté de inmediato de la ventana. No podía permitir que supiera que lo estaba observando.

—¿Anaya? —la voz de Angus hizo que me sobresaltara.

Creo que te necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora