✨Bilogía mi necesidad.✨
Ambos libros están en este mismo espacio.
1- Creo que te necesito. Y 2- Te necesito.
Dos caminos distintos se conectan para unir personas con algunos puntos de vistas diferentes. A pesar de que ambos tienen muchos planes, enc...
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Anaya Cooper:
Yo: Lo siento. Quería hablarte, pero tuve miedo...
Eliminé el mensaje
Puede que ese no fuera el primer mensaje que le había tratado de enviar, puede que pasaran varias semanas desde el día en que hablé con él, puede que lo estuviera echando de menos y puede que no tuviera el valor para decírselo.
No sé si ese fue un acto de cobardía o de valentía, pero lamenté ver cada uno de sus mensajes y no darles respuestas, odié cada día en el que no vi esa tonta sonrisa, odié querer tenerlo cerca y tener miedo de que me abandonara.
Estaba dispuesta a resistir que cualquier persona se alejara de mí, pero no quería que él lo hiciera. No quería sufrir, y sabía que su abandono provocaría más dolor del que cualquier otra persona podría provocar en mí.
Estaba segura de que mi hermano, mi padre y mis amigos no me iban a abandonar, pero no tenía esa misma seguridad con Jensy.
Era odiosa la forma en la que ese tonto se estaba convirtiendo en mi necesidad.
Jensy Russell:
Pasaron varias semanas desde la última vez que la vi, desde la última vez que escuché su voz.
Pensé que todo estaba bien entre nosotros, pensé que después de esa llamada podríamos ser amigos, pero me equivoqué. Tal vez fue por culpa de la invitación a cenar, esa invitación fue precipitada y quizá por eso dejó de hablarme.
Mi criminal amargada, mi mala conductora...
Beba.
Le envié mensajes cada día, puede que pareciera un intenso o un pesado, pero necesitaba escuchar su voz o ver un mensaje suyo. Necesitaba saber que estaba bien y que me ignoraba porque no le agradaba.
Perdí la cuenta de los mensajes que le había enviado, pero, como mínimo, por día le había enviado algunos diez o tal vez veinte.
A pesar de todo, seguía teniendo la esperanza de que respondiera.
Estaba preocupado por ella. La última vez que hablamos sonaba más alegre, pero no sabía cómo seguía. ¿Estaba bien? ¿Me extrañaba? Estaba claro que no, si me hubiera extrañado, me hubiera respondido por lo menos un mensaje. Los veía todos, pero no respondía ninguno.
Odiaba los Ok, pero incluso un Ok de ella me haría feliz.
Odié la manera en la que se alejó de mí, pero amé la forma en la que se estaba convirtiendo en mi necesidad.
Anaya Cooper:
Esas últimas semanas las había pasado en espera de que me enviaran el dichoso correo con la nueva fecha de la entrevista, pero la irresponsabilidad reinaba en ese bufete. ¿Quiénes se creían para hacer esperar a Anaya Cooper? Tontos irresponsables.