✨Bilogía mi necesidad.✨
Ambos libros están en este mismo espacio.
1- Creo que te necesito. Y 2- Te necesito.
Dos caminos distintos se conectan para unir personas con algunos puntos de vistas diferentes. A pesar de que ambos tienen muchos planes, enc...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jensy Russell:
Estuve intentando hablar con Jake desde que llegué a la casa, pero hablar conmigo no estaba en sus planes. Me estuvo evitando, siempre tenía llamadas y salidas inesperadas.
Esa noche tendríamos una cena familiar. Según mi madre, se trataba de la celebración de los meses de Karina y Andrew. La última vez que lo vi fue cuando Anaya y yo seguíamos siendo novios, y había pasado mucho tiempo desde ese entonces.
Éramos amigos, pero tal vez las cosas entre nosotros dos no volvería a ser como antes.
Cuando él y Karina accedieron a bailar, supe que había algo entre ellos dos, solo que pensé que Karina se negaría, ya que siempre estuvo en contra de las relaciones.
—Uy. Muy elegante, ¿no crees? —expresó Jenny.
—Normalmente suelo usar camisas —le recordé.
—No me refiero a ti, insoportable. Me refiero a mí. Soy todo lo que está bien.
Solté una pequeña risa. Y mi hermana me abrazó.
—También luces bien, pero no mejor que yo —admitió.
Jenny llevaba puesto un vestido rosa, ceñido en la cintura, y suelto en la falda. Su cabello corto estaba suelto, y noté que lo llevaba más corto que antes.
Yo llevaba puesta una camisa roja, y mi cabello estaba desordenado.
—Ven, creo que los invitados están por llegar.
—¿Has visto a Jake?
—¿Para qué quieres ver a esa plaga? No sé por qué se ha quedado tanto tiempo. Ese idiota se roba mi mermelada de fresa —dijo, resentida.
Empezamos a bajar las escaleras.
—Jenny, ¿crees que... Anaya y yo podamos ser amigos?
Jenny se paralizó ante mis palabras. Me miró a los ojos, confundida, entreabrió los labios para decir algo, pero sus palabras fueron inaudibles o inexistentes.
—No quiero que la odies.
Jenny tragó saliva.
—¿P-por qué quieres ser su amigo? —logró pronunciar.
—Es que...
—Hemos llegado, familia —exclamó Karina, obteniendo nuestra atención. Ni siquiera se molestó en tocar el timbre.
Hace mucho que no la veía, solo hablábamos por llamadas. Y no lo voy a negar, la extrañé.
Desde donde estábamos, podíamos observar la entrada con claridad, y los que entraban nos podían ver a nosotros. La primera en entrar fue Karina, que sostenía la puerta para que su novio pasara, y el segundo fue Andrew. Solo que Karina no soltó la puerta.
