Capítulo 20

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Anaya Cooper:

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Anaya Cooper:

Eran pocas las cosas que sabía de Jensy, y eran pocas las cosas que él sabía acerca de mí. Bueno, tal vez él sabía más de mí que yo de él.

Llegamos al hospital en el que Jensy estaba realizando la pasantía. Pensé que me libraría de su invitación, pero no pude resistirme a esa tonta sonrisa.

Y, por si fuera poco, Jensy estaba realizando la pasantía en el mismo lugar al que lo traje la primera vez que nos encontramos. No sé cómo no me fijé en el enorme hospital que conocía a la perfección, no solo porque mi padre trabajara allí, sino porque tuve que pasar mucho tiempo en él.

Recuerdo que solía asistir con Alfie, recuerdo que hablábamos con los pacientes, recuerdo que mi hermano les daba comida en secreto..., recuerdo muchas cosas que sucedieron en ese hospital.

En especial cuando caí en coma. Los días que tuve que quedarme bajo observación después de haber despertado.

—Te va a encantar este lugar —me aseguró, y empezamos a caminar hacia el área de pediatría.

—¿Por qué estás tan seguro?

—¿Te gustan los niños? —preguntó, emocionado.

—Nunca he cuidado uno.

—¿No? —se notaba su sorpresa.

Claro que no. Soy la hija menor. Y no solía ver a mis demás familiares.

—No.

No había forma alguna de que pudiera escapar, así que decidí seguirle la corriente. No íbamos a estar en ese lugar toda la tarde, así que eso me tranquilizaba más.

—Bueno, para todo hay una primera vez —sonrió—. Te llevaré al área de pediatría.

No hacía falta que me lo dijera, yo sabía dónde estaba cada área del hospital, pero no estaba dispuesta a decírselo. No todavía.

—¿Puedes creer que tu padre trabaja en este lugar y nunca nos cruzamos?

—Claro, mi padre suele estar en el área de cardiología, y de vez en cuando se traslada a cirugía.

—Sí, de eso me di cuenta. Yo solo he estado en pediatría. También tu padre me dijo que estuvo alejado del hospital durante unos meses. Justo cuando estaba haciendo los trámites para ser un pasante.

Tragué saliva.

—¿Cuándo entraste?

—Cuando cumplí los dieciocho.

Hice los cálculos del tiempo.

—Mi hermano Alfie murió ese año. ¿Sabías que ustedes nacieron el mismo año?

—No, lo siento mucho.

—Está bien.

Atravesamos unas puertas dobles y nos adentramos por un pasillo.

Creo que te necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora