Capítulo 19

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Anaya Cooper:

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Anaya Cooper:

Nuestra amistad era una de las cosas más estables que tenía en mi vida. Ellos sabían todo acerca de mí, y yo sabía todo sobre ellos. Siempre nos habíamos apoyado y nunca habíamos tenido una actitud que representara una amenaza contra nuestra amistad. En varias ocasiones, tuvimos nuestras diferencias, pero siempre las resolvíamos el mismo día.

Recuerdo que Trina y yo nos conocimos en la escuela, Trina me dijo que me odiaba, solo porque pensaba que yo era Alissa, pero luego Alissa apareció y se burló de ella por su sobrepeso, yo la defendí, y desde ese momento nos hicimos amigas. En ese entonces yo tenía cuatro años y ella tenía seis.

Con Samuel las cosas fueron distintas. Él era amigo de Alfie, no sé con exactitud cuándo empezamos a hablar, pero nos hicimos más cercanos cuando cumplí los siete, en ese entonces él tenía diez años.

Pero después de tanto tiempo siendo amigos, se presentó la ocasión en la que nuestra amistad estaba entre seguir o detenerse. No quería alejarme de él, no quería que todos los años que teníamos de amistad fueran tirados por la borda, pero lo que sí quería era conocer las razones por las que Samuel se estaba comportando de esa manera. Su actitud cambió bastante con la llegada de Jensy, ni siquiera parecía ser el mismo chico con el que había pasado horas y horas bromeando.

—Estoy lista. Dime de una vez la razón por la que actúas de esa manera.

—¿Por preocupación? —propuso.

—Por favor, Samuel. No me digas que estás enamorado de mí. ¡Tienes novia! —le recordé.

—Anaya, creo que...

—¿Qué? —interrumpió Samuel.

—¿Es eso? ¿Estás enamorado de mí? —pregunté.

Solo la pronunciación de esas palabras provocó que mi estómago se revolviera del asco. Samuel era como mi hermano. ¡Santos cielos!

—Anaya, eres mi mejor amiga —me recordó, cortante.

—Responde. Si no es eso, ¿qué es?

—Esto debe ser una broma —soltó una risa amarga y empezó a negar con la cabeza.

—Responde, Samuel —insistí.

Frunció el ceño. Noté que estaba intentando calmarse para poder responderme.

—Eres una de las chicas más maravillosas que he conocido. Me gusta pasar tiempo contigo, hablar contigo, bromear contigo —negó con la cabeza—. Pero no estoy enamorado de ti. Ni siquiera sé de dónde sacaste eso —hizo una pausa—. Fue Jensy, ¿no?

—Él no tiene nada que ver con esto —dije en voz baja, pero firme.

Miró a Trina y luego me volvió a mirar.

—No puedo creer que llegó hace varios meses a tu vida, y ya te quiere alejar de nosotros.

—Él no es así.

Creo que te necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora