Capítulo 31||¡No me llames mamá!

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Las heridas más graves las causan las palabras...

Alec

Me preguntaba qué estaba mal conmigo. Ella ya había dejado en claro que no quería tener nada que ver conmigo aún después de lo que sucedió. No entendía qué me pasaba con ella. Me estaba comportando como un idiota cuando ella solo quería que me alejara.

No merecía hacernos esto.

Lo había pensado toda la noche. Suponía que debía aceptarlo. No había nada que nos uniera a excepción de esa noche. Mientras para mí significaba todo para ella no era nada.

Maia quería olvidarla.

Suspiré mirando a través de la ventana de aquel hotel. Nunca había dormido en uno que no fuera tres estrellas. Aunque el hotelero fuera un poco quejumbroso, no estaba nada mal.

Sonreí de costado pensando que ni siquiera me importó cómo fuera el hotel —cosa que no pasaba seguido— con tal de permanecer en el mismo lugar que ella. No obstante, Maia ya había sido clara. Si no me iba solo la incomodaría y esa tampoco era mi intención.

Le escribí un mensaje a Jane diciéndole que surgió algo en la empresa y luego fui por Thomas para decirle que nos íbamos.

—¿Qué? —me miró con incredulidad.

—Nos vamos.

Tom parpadeó antes de fruncir el ceño y sentarse en el pequeño sillón de su habitación antes de volver a mirarme.

—¿Vas a rendirte?

—Thomas, ella no me quiere cerca. Me lo dijo anoche. Ni siquiera cuando me declaré me quiso escuchar. Se fue y me dejó. Ella no me cree.

—¿Y qué? ¿No lo vas a intentar al menos una vez más? Habla con ella otra vez, tiene que explicarte por qué cambió de repente —expresó mi amigo—. Me dices que estaban bien hasta la noche en la calle de arte. Entonces, ¿Son rumores? ¿Escuchó algo más? ¿Tú hiciste algo?

—¡Es que no sé, Thomas! Se supone que todo iba bien —pasé mis manos por mi rostro con frustración—. Estábamos muy bien, ese día todo fue perfecto. Y esa noche. Creí que nuestra relación avanzó o algo así. Obviamente para ella no significó nada.

—Tienes que hablar con ella de nuevo.

—No me escucha, Thomas. No voy a continuar rogándole sabiendo que la molesto.

Mi amigo se levantó y soltó una exhalación antes de posar una mano sobre mi hombro.

—Hermano, llevo años enamorado de Jane. Años. Por mi propia estupidez me alejé de ella, pero aquí estoy. No pienso rendirme porque sé que al menos significo algo para ella —habló con desición—. Si hiciste algo que lastimó a Maia, deberías poder solucionarlo mucho más pronto que yo. Inténtalo al menos una vez más.

Me quedé pensando por un momento. Thomas tenía razón. Ella comenzó a ignorarme después de esa noche que la dejé en el edificio. Maia tenía que decirme las cosas claramente. Si eran rumores o algo que escuchó se lo explicaría. Pero no me iría sin saber cuál era la razón por la que me ignoraba.

Ella no era el tipo de persona que actuaría sin una razón.

—Tienes razón. Pero solo una vez más. Si ella me rechaza, esta vez no volveré a perseguirla.

(...)

Maia

Podía oír mumullos a lo lejos. Bajos e inentendibles. A medida que abría mis ojos estos susurros se iban haciendo más claros al igual que el dolor en mi cabeza y articulaciones.

Guía del Cielo(Finalizada✅)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora