Te amo por muchas razones, la principal es porque eres tú...
Maia
—¿Qué haces? —mi presión bajó en cuanto vi a Alec frente a mi portátil. Maldita manía mía de dejar abierta la laptop mientras iba al baño.
—Tú...
—Cierra eso —me acerqué para intentar cerrar la laptop, pero él me detuvo por la muñeca con suavidad.
—Eres muy buena —me sonrió con evidente admiración.
—Supongo que sí —me encojí de hombros—. Aún no está terminada.
—Pues a mí me ha gustado. ¿Piensas enviarla a una editorial? Tal vez yo deba fundar una y mi primera estrella serías tú.
Solté una risilla antes de un pequeño suspiro en negación. Nunca habría soñado con esto, hablar de mí misma o esperar que no me tomaran por tonta por escribir romance.
—Jacob sigue intentando que debute en su editorial —le dije con una pequeña risita entre dientes—. Pero me he negado hasta ahora.
—Yo apoyo su idea. Además...¿Pensaste en mí mientras escribías esa escena? —mis mejillas adquirieron un tono rojizo mientras miraba la pantalla de la escena sexual entre Ross y Rose.
Me había esforzado muchísimo por esa escena. Tuve que luchar contra mi vergüenza y tomármelo como profesional para poder avanzar después de borrar como veinte veces lla misma escena. El resultado fue muy bueno, me satisfacía ver mi avance como escritora.
—Deberías vestirte para dormir —le di una palmadita en el hombro. Alec me sonrió de costado con esos ojos juguetones que me hacían saber que no se iba a quedar quieto.
—¿Cómo puede ser que te sigas sonrojando? —sus dedos no tardaron en colarse bajo la tela de mi camiseta—. Somos una pareja, es normal mantener intimidad en las conversaciones.
—Tú solo estás jugando conmigo—lo miré con los ojos entrecerrados.
—Atrapado —arrugó la nariz haciendo que sonriera, qué barbaridad esto de estar enamorada y verlo guapo hasta en un simple gesto—. Ven aquí —me atrajo hacia él hasta que estuve sentada sobre sus piernas—. Te amo mucho, Maia.
—¿A qué viene severa confesión, Alec Wembley? —pasé mis manos alrededor de su cuello y miré directo a sus ojos grises—. Yo te amo también.
—He estado pensando en todo. En mi pasado, en el futuro que quiero contigo, pero sobre todo, en nuestro presente. Quiero que Max tenga una familia como la que recuerdo cuando niño, que sea capaz de vivir con libertad, quiero que seamos felices. Juntos —acerqué mi frente a la suya.
Me sentía tan feliz de que él estuviera soltando esa parte de su vida que tanto daño le hacía. Desde que había tenido esa charla con Nadia todo había empezado a ir mejor en casa. La tensión parecía haberse olvidado y ahora comíamos juntos sin excepciones. Todo se sentía mejor.
—Somos felices, Alec.
—Lo sé, por eso. El año que viene Max irá a la escuela. Tú y yo lo llevaremos juntos —mis labios se entreabrieron con sorpresa.
—Max se pondrá muy contento.
—Lo único que me intimida son las reuniones de padres —hizo una mueca casi horrorizada que me hizo soltar una carcajada.
—Lo haremos bien.
—A tu lado todo es mejor.
Luego lo besé. Lo besé por tanto tiempo que el sueño nos alcanzó acostados con la ropa del día y nos enrollamos entre las mantas sin cambiarnos el pijama. Y fue el mejor sueño que tuve en toda mi vida.
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Guía del Cielo(Finalizada✅)
RomanceMaia y Alec son un par de desconocidos que se cruzan por casualidad. La atracción entre ellos es inevitable, como si se conocieran de toda la vida empiezan algo que, aunque no tiene un nombre específico, se va volviendo cada día más intenso. Sin em...