Capitulo 55|| No importa el riesgo, solo quiero estar contigo

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Efectos colaterales de tomar riesgos...

Pero no todo fue felicidad...

El día antes de la subasta de Regina Jenkins. Unas fotos de Jacob junto a mí desde el momento en que me da de comer en la boca hasta que me abraza fueron filtradas a las redes y desataron todo tipo de comentarios ridículamente exasperantes. Me llamaron desde mentirosa hasta puta y de regreso a farsante.

No cesaban, parecía que con cada segundo solo aumentaban los comentarios de odio. Pero eso no me enfurecía, lo más espantoso era que incluso habían llegado a insinuar que mi hijo podría no ser de Alec.

Quería arrancarle los ojos a la mujer que dio el primer comentario y a los siguientes usuarios que le siguieron en cadena. Podía ser el blanco de las infamias, pero mi hijo no. Mi hijo jamás sería objeto de gente inconsciente que lo único que sabía era tirar mierda sobre los demás.

Solté una exhalación pellizcando el puente de mi nariz con cansancio. Entendía el hecho de ser públicos desde el instante en que decidí estar con Alec sabiendo quién era. Pero no entendía cómo todo de pronto se había ido al carajo por simples rumores que ni siquiera se tomaban la molestia de investigar.

Me sentía muy impotente. Era como volver a empezar con el rumor, no dejaban de llegar mensajes y mensajes de usuarios desconocidos, de otros que sí me conocían y esto comenzaba a afectar mi estado emocional.

—¿Cómo estás? —me preguntó Alec cuando me encontró sentada en una de las bancas del jardín. Max corría por el campo lanzándole una pelota a Galleta.

—Enfadada. Cómo pueden emitir juicios con respecto a un bebé. No tienen corazón.

—Tranquila, ¿Sí? Voy a solucionarlo.

—Es que no hay nada que solucionar —le dije—. Es mi hijo y tú eres su padre. Esa fuente no tiene ningún derecho a insinuar lo contrario. Si pudiera le arrancaría los pelos al que hizo ese artículo —sentía que iba a volverme loca debido al enfado. No lograba calmarme.

—Estoy contigo —me abrazó de costado. Su aroma se coló por mis fosas nasales y me dio una sensación de tranquilidad—. Me encargaré de que todos se arrepientan de lo que dijeron. Tú tranquila.

—Qué harás.

Me sonrió con cariño y me apartó un mechón de cabello para dejarlo tras mi oreja y plantar un beso en mi frente.

—¿Qué te vas a poner para el evento de mañana?

—¿Irás?

—Iremos.

—Creí que no te gustaba esos eventos.

—Pero me gustas tú.

Solté una risilla divertida a medida que negaba con la cabeza y recostaba mi cabeza en su hombro.

—No creo que sea buena idea por como están las cosas.

—¿Por qué no? Es mi hijo e, incluso sin una boda formal aún, eres mi esposa, por lo tanto, mi familia. Entonces no tienes nada de lo que sentirte asustada. Confía en mí, no permitiré que nadie se atreva a lastimar a nuestra familia.

Siempre tuve esa sensación de que Alec protegía a todos. A su familia, siempre decía eso. Él temía, temía muchísimo desde la muerte de su familia, podía verlo, en sus ojos, en su expresión cada vez que ocurría algo que los perturbaba. Parecía que comenzaba a crear una muralla para todos, como si tuviera esa necesidad de proteger a aquellos que se encontraban junto a él.

Y lo sabía, era el miedo a que desaparecieran.

—Alec. ¿Puedo hacerte una pregunta?

Él asintió con tranquilidad.

Guía del Cielo(Finalizada✅)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora