Inventaré nuevas formas de amarte...
El lugar era enorme. La familia Jenkins era muy famosa. Una de las familias más ricas del país. Dueños de universidades y una red de productos comestibles donde sabía que la familia Wembley era inversionista.
Como era de esperarse muchas familias importantes se encontraban ahí. No solo la de los anfitriones y nosotros —aunque estaba acostumbrada a socializar con muchas personas del medio empresarial era completamente diferente a asistir como la asistente de Jane a como la futura esposa de Alec Wembley—. También se encontraban ahí los dueños de S&B company la empresa constructora y dueños de los hoteles donde nos hospedamos en Luar en aquella ocasión.
Muchos otros rostros conocidos nos saludaron a medida que caminábamos para tomar nuestros asientos en una de las mesas reservadas para nosotros. Justo a lado de la familia Stewart, quienes nos saludaron con una sonrisa amable.
La gente repartía champán y algunos camarógrafos y periodistas recorrían la escena con sus cámaras. Algo nerviosa miré a Alec y éste me dio un leve apretón en la mano que me hizo sonreír. Poco tiempo después el evento dio inicio cuando la señora Jenkins tomó la palabra.
—Bienvenidos a este evento anual de caridad para la asociación de niños abandonados y ancianos que se fundó hace algunos años junto con la familia Wembley y Stewart. Es grato para mí... —dejé de oírla cuando mis ojos se posaron en Alec. Eso no lo sabía. Mi corazón se llenó de orgullo esta vez al observar al hombre con quien decidí compartir mi vida porque no solo era maravilloso con los suyos sino también con las personas desafortunadas.
Mi hijo ganó un padre excepcional. Y yo un marido maravilloso. Fue la mejor elección de mi vida.
—Eres increíble.
—¿Te acabas de dar cuenta?
Negué con la cabeza mientras mis labios se estiraron en una sonrisa genuina y divertida.
Alec posó sus labios sobre mi cien y pensé en todo lo que había pasado. Todas mis heridas ya habían pasado el periodo de cicatrización. Estaba feliz con mi vida, tenía al hombre perfecto que aunque sabía que guardaba sus propias angustias.
Porque ser perfecto es tener grietas y cicatrices que por más rugosas y oscuras que sean nos hacen ser genuinamente hermosos.La velada luego de que subastaran diversos objetos y vestuarios importantes empezó pasadas las ocho. La señora Jenkins era muy amable. Después de la cena habíamos brindado junto a ella y la familia Stewart. Los camarógrafos no dejaron de fotografiarnos, y aunque al inicio estaba un poco incómoda expuesta a las cámaras me había dejado llevar después de un tiempo.
Era una noche especial y la mayoría era amable. Algunas chicas que ya había visto antes en otras reuniones a las que asistía con Jane me miraban de pies a cabeza, pero no me importaban mucho, ya sabía cómo eran los negocios. Las hijas de ciertos empresarios creían que por tener el dinero de sus padres —algunas, claro—, tenían el mundo a sus pies. Además, la fama de los últimos días era un tema que seguramente muchas de ellas lo habían convertido en la nueva comidilla de tocador.
Sabía cómo funcionaba ese mundo, así que no tenía que preocuparme mucho por ello. En cuanto otra noticia impactante estallara dejarían de prestarme atención. Estaba casi segura de que varias de ellas habrían querido el lugar en el que me encontraba. Los matrimonios arreglados eran como un seguro de poder para ellos. Aún en el siglo veintiuno se seguía usando para alianzas comerciales o el crecimiento de las empresas.
A mi parecer era vender tu felicidad.
Pero entonces mi tranquilidad fue eclipsada por una pregunta venenosa que llegó de un reportero que se acercó de improviso hasta donde nos encontrábamos junto a la señora Jenkins y algunos otros.
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Guía del Cielo(Finalizada✅)
RomanceMaia y Alec son un par de desconocidos que se cruzan por casualidad. La atracción entre ellos es inevitable, como si se conocieran de toda la vida empiezan algo que, aunque no tiene un nombre específico, se va volviendo cada día más intenso. Sin em...