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— Solo mierdas me pasan a mí, de todos los días tuvo que ser hoy, genial. — Lara agarra su cabeza con ambas mano.— ¿Qué hacemos ahora?, Ha como es, su cabecita está haciendo miles de ideas erradas, y me lleva la puta madre, ¡Ni si quiera eres mi tipo! Y seguro ha de estar pensando que somos amantes en secreto.—

— ¿Puedes explicarme que carajos acaba de pasar?, sino es mucha molestia claro.— dije irónico. — ¿Qué "teníamos" que decirle?.—

—Serás cabeza de burro, se suponía que le diríamos toda la verdad, que primeramente quieres iniciar algo serio con ella, no sé, ¿por qué te desapareciste o ya andabas olvidando los pequeños detalles?, por favor Daniel. Cuando inicié mi amistad con ella estaba hecha mierda, no es la Eli que dejaste abandonada, ni la que yo encontré a consecuencia de tus actos.

La Eli de ahora es una más fuerte que mucho antes y tú al entrar de nuevo solo bajaste sus paredes que apenas comenzaba a construir.

— Más directo el golpe. Por favor.— dije analizando sus palabras

— Por Dios los hombres no entienden nada—Dijo rodando los ojos— Mira eras la herida abierta que estaba intentando sanar, y ahora mismo eres el limón. Pero yo también me confié en no decírselo ahí mismo, justamente ahora somos dos limones... y de los agrios, feos que nadie quiere llevar en su canasta.

Asiento lentamente mientras veo la puerta en donde mi pequeña lleva dos minutos, dos minutos en donde su mente ha de estar haciéndole mierda, llena de teorías. Pero no puedo entrar, está sensible y no es sano para ningunos de los que estamos presentes.

Necesita espacio.

Lara ve la notificación de un mensaje en su celular, su cara es un poema. Al parecer lo que sea que fuera el contenido no era lo más lindo.

— ¿Pasa algo?.— dije mientras observaba como se le acumulaban las lágrimas en sus ojos.

— Solo cagadas, como dije, justamente hoy no es mi puto día.— dijo cerrando los ojos con fuerza.— ¿Puedes creer que la perra estúpida con la que su ex novio le puso los cuernos me escribió, en serio?.

— ¿Ex?, hablas de el maldito hijo de perra que se aprovechaba de ella

— El mismo.— Suspira pesadamente mientras revisa el mensaje nuevamente.— ni si quiera recuerdo como se llama, ¿Nicole, Fátima, Carolina?, sepa Dios.

— Victoria.— Corrijo.

— ¿Victoria?, Yo creo que era algo con M...¿Mónica?.

— ¿Megan?.

— Mierda pero que nombre tan feo, bueno el nombre no tiene nada de malo, su personalidad es una putada, mejor la hubieran nombrado feto... y aun así quedaba ese nombre hermoso.— Termina para después abrir la refrigeradora.

Abro mi laptop terminando de buscar algún lugar donde podamos estar los tres, me tiene inquieto estar aquí. Solo quiero terminar de mejorar mis habilidades en el entrenamiento, iba a decírselo a mi pequeña, pero dada la situación, se lo diré hasta que las cosas mejoren. Además, no quiero estar lidiando con James

Leves golpes en la puerta llaman nuestra atención.

Lara se asoma por la mirilla que tiene la puerta. Me observa por un milisegundo y regresa a mi lado.

— Pregunta — Sus cejas están fruncidas, no es algo bueno.— ¿Qué hace James aquí?.— Susurra.

¿James?, Mierda de coincidencia.

— Hazme un favor y escóndete.— La cara de Lara me pide un explicación, pero los nuevos golpes me hacen empujarla con tanta fuerza que creo, la mande a volar por la lavadora.

Utilizando a mi mejor amigo gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora