#49 FINAL

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Les recomiendo leer esto cuando tengan tiempo libre o traiganse una buenas coca colas y palomitas porque esto si está largo🍿

La puerta termina de cerrarse y lo único que veo es la luz del flash mi móvil en la inmensa oscuridad, estoy segura de que si lo apago no vería ni si quiera una partícula de polvo. Camino lentamente por la zona mientras mis pasos resuenan por el eco del lugar.

En el sueño se miraba menos turbio.

Acaricio mi brazo para calmar el frío del mismo, una ráfaga me enchina la piel e intento avanzar más deprisa. Al llegar al pasillo oscuro, me regreso buscando aquel cable que encontré, tardándome más porque esta vez estaba sola.

Al encontrarlo jalo el cable y se prende un foco de color amarillento algo leve. Regreso por el pasillo y ahora si la puedo notar algo más iluminada, pero prefiero seguir utilizando mi celular para tener una mejor visión por donde camino.

Honestamente no tengo ni la menos idea de por dónde voy, solo sé que llevo caminando un aproximado de diez minutos y mi estomago esta que da vueltas. Me recuesto en la pared evitando que el asco prosiga, pero a diferencia de la última vez si siento que el vómito escala delante mi garganta, intento hacer masajes debajo del cuello, y luego de menguarlo un poco retomo mi camino.

Dos, tres, cinco incones en el vientre bajo.

Lo que me faltaba. Que me viniera la regla.

El hedor a humedad es incómodo para mi olfato, y no es de extrañar ya que las paredes están llenas de muscos acumulados por algunos años. Perdida en mis pensamientos, mi pie se enreda en un pedazo de piedra y caigo en seco al suelo. Alzo la mirada y observo una luz a la distancia.

Creo que esa es la salida.

Me levanto de un tirón e intento correr, al llegar veo que se trataba de una fisura en el muro. Observo a mi alrededor mientras limpio mis manos en el pantalón.

Sin salida...

En el sueño no había un tope.

— Mierda— murmuré mientras observaba la pared a mi derecha.

El sonido de un crujido de hojas me distrae. Coloco mi ojo cerca del pequeño orificio sin forma específica.

Se escucha nuevamente el sonido y seguido de ellos el pequeño ruido de los pies de algún animal.

Por la longitud de las patas, se parece a un venado, ¿o será un alce?

El animal pasa enfrente mío y en efecto. Es un venado.

Tiempo, pierdes tiempo Elizabeth.

Enfoco mi celular en el tope. Joder. Quizá algún mecanismo escondido en algún lado.

Mis manos desesperadas buscan en todas las esquinas posibles, la textura del ladrillo cambia en el lado izquierdo de la pared, por lo que me centro en esa parte, es madera. Debería de despegarse por algún lado, empujo el tablón y comienzo a ver por las esquinas como va entrando la luz. Sigo quitando la madera hasta que esta se zafa por completo. Intento hacer el menor ruido posible y la hago de lado.

Estoy cerca del lago.

Vuelvo a colocar el tablón como estaba, y me enorgullece no perder tanto tiempo en ello. Camino despacio por todo el camino frondoso y una vibración en mi bolsillo trasero me distrae.

— Daniel, Dios. He salido de la casa, es muy larga la historia, pero estoy por el estanque, yo no sé qué hacer ahora, joder mis manos tiemblan — mis voz es apenas audible.

Utilizando a mi mejor amigo gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora