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Escuchaba el profundo sonido del reloj, no sabía cuantas horas yacía recostado en esa silla pero algo me dice que llevo más de una

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Escuchaba el profundo sonido del reloj, no sabía cuantas horas yacía recostado en esa silla pero algo me dice que llevo más de una.

Me encuentro otra vez dentro de esta habitación silenciosa, y si, me encontraba en otra de las tantas citas con la Psicóloga cuyo nombre en realidad no recuerdo, sé que soy despistado y olvidadizo, pero esto se está tornando serio, casi todo los jodido días vengo aquí y no me sé el puto nombre de la psicóloga, la cual pensó que era buena idea dejarme solo, pero ahora que lo analizo llevo pensando mi propio resultado además de alguna que otra crisis existencial.

Me siento mal y muy mal, porque mis sentimientos los tengo mezclados, y tiene un nombre Eli.

Elizabeth...

Esa pequeña mujer que me desespera, no encuentro como expresar lo que siento por ella, ¿Hermandad?, No. Eso es lo que menos siento, además los hermanos no se cogen o cogían por que sí, ¿Aprecio?, quizá, ¿Me gusta?, es tierna y sus mejillas me causan ternura, ¿La amo?, si amor es aquel que necesito cuidarla las veinticuatro horas, entonces la amo, aunque no sepa correctamente la definición de lo que es amor o saber amar.

Tengo miedo, y miedo que sepa el motivo por el cual me acosté con ella la primer vez, yo...

Simplemente quería experimentar como se sentía hacer tuya a una linda chica dispuesta a todo, sin ser tocado aún por otro, sin sentir un rechazo de su parte, todo fue muy rápido y al final me prometí que todo era absolutamente por placer sin sentimientos revueltos, pero creo que el que salió mal aquí soy yo.

Las palabaras que dijo Eli en el club rondaron en mi cabeza. ¿Pasó por lo mismo que yo y un chico la rechazo?, ts que estúpido, rechazar a una personas tan buena como ella, su alma es como un pequeña luz, o eso parecía hasta que la volví a ver. Cambiada, fría, despreocupada. La Eli que yo conocí se preocupaba por sus calificaciones, por dormirse temprano, pero ahora la desconozco parcialmente, por no decir totalmente.

Y una parte de mi se siente tan mal, porque dentro de mi sé que fue mi culpa su cambio, y posiblemente lo sea, pero mis decisiones no deberían de ser influencia en ella.

La puerta de la oficina se abre y me deja ver a la psicóloga entrando, con unas de sus más genuinas sonrisas, nunca deja de sonreír, ¿No le duele?, bueno ahora me gusta sonreír más para no ser cono el cara de culo ese que sigue en la recepción.

- ¿Pudiste aclarar tus pensamientos?.- dijo mientras dejaba un café tibio en la mesa que se encontraba al lado mío, ella en cambio tomaba unos cuantos sorbos, el cual por su olor supuse que era un capuchino.

- No sé, tengo muchas cosas revueltas y no sé por donde empezar, además de muchos cuestionamientos.- solté lo más sincero posible, es imposible concentrarme en una cosa cuando tengo como mil demonios atormentandome por mis acciones del pasado.

- Claro, es normal, dime Daniel. ¿Algo en lo que te esté preocupando?.

- Al final sabes este no entiendo, estoy... realmente no sé como actuar.- dije sacando todo el aire.

Veo como en su rostro torna un gesto de confusión, cosa que me desubica, ¿No me explique bien?, o ¿Qué burrada dije?.

- ¿Sobre qué especificamente?..- Deja de observarme para hecharle un ojo a su libreta.

- Tu sabes. Mi sexualidad y emociones, todo eso.- algo incomodo tomo el café de hace unos minutos antes de que se enfríe y bebo del líquido tíbio.

- Bueno todavía no puedo hacer un diagnostico concreto, pero según el camino que tiene, vamos a lo que te hable anteriormente y para no hacerte el cuento tan largo, es que tu mente quiere borrar el recuerdo traumático que viviste.- menciona para al final quitar su vista del libro.- y pues simplemente es como tu mecanismo de defensa y inconcientemente trataste de cambiar sin darte cuenta, ni analizar lo que exactamente sentías, te convenciste que si tuvieras algún tipo de contacto con una mujer, su resultado sería negativo o lo mismo que te paso cuando eran un infante, por eso te alejabas de este ámbito, y te relacionaste más con hombres, lo qué llegó a que pensarás que con ellos no pasarías esos percanses.- Escribio algo más en su agenda para cerrarla.

- Pero como digo, nada de esto es el diagnostico final, solo... una vista adelantada y podría decirse apresurada de dar un resultado, pero por ahora nos mantedremos arreglando tus sentimiento, que dices, son la otra parte que te cuesta.

Mucha informanción para mi cerebro.

- Me siento algo perdido con lo que siento, con toda sinceridad te digo, no he experimentado como es el amor, y quizá ni sabré lo que es amar o ser amado.- observe las diferentes ilustraciones de figuras en toda la habitación.

El pajaro de la esquina me da miedo.

- Oh querido Daniel, ya tienes gente que te ama solo que tú no te has dado cuenta.- prosiguió segura.- muchas veces nosotros mismos nunca, nos damos cuenta de las personas que nos dan su entera amistad, y con ello el profundo amor que nos demuestran con acciones tan simples como saludarte todos los días y regalar mil sonrisas en tu día a día, y como consecuencia de nunca darnos cuentas, nos exponemos a perder esas personas de por vida y cuando se van mayormente viene el arrepentimiento.

-Mi consejo Daniel.- la psicologa se levanta sacudiendo la típica bata de doctor y mientras pasa sus manos por esta, camina hacia un puerta que en realidad hasta este momento pude notarla.- Te voy a enseñar un lugar. Ven.

Extrañado me levanto y camino hacia la puerta con un ruta desconocida y con precaución avanzo.

Que sabemos si me quiere violar, digo. Que sea Psicóloga no hace la excepción de hacerlo.

Una brisa azota mi rostro tras que paso por ella, logrando cerrar mis ojos por la brusquedad con que el aire se mueve, mientras agacho la mirada y observo el "piso" que en realidad es pasto, su textura es cómoda se siente suave y su olor es agradable, como si estuviera en un tipo de campo, de reojo veo unas bancas color blanco, flores por todas partes organizadas en maceteras, algún que otro árbol no tan grandes pero lo suficiente estético para no estorbar en la simetría de la pequeña habitación remodelada para ser un tipo patio.

Después de la pequeña ventolera, una corta y casi impeceptible brisa cayó, me hacía estar pleno, una sonrisa se formó en mis labios inconcientemente la cual, disimule limpiando mi nariz.

-Bien, este lugar, fue construído, especificamente para mis pacientes con ansiedad o que sufren de Antropofobia, con el objetivo de que estén en un soledad que claro si sabemos que el paciente tiene una condición peligrosa como la depresión, no les damos la oprtunidad de estar solo, solo en las condiciones siguientes pero que igual están prótegidos..- Como decía es un lugar especial para aquellos que tanto les agrada estar sin compañía, en el caso de las personas que sufren Antropofobia, para las personas con ansiedad, es en ocasiones que se alteran y comienzan a tener un ataque de pánico, por lo que este lugar es simplemente seguro y casi perfecto se podría decir para obtener paz y tranquilidad que todos merecemos y necesitamos.

-Daniel, tienes a una chica la cual no he visto, pero según me la has descrito, es la personificación de un ángel.

Al escuchar esto Daniel, sus mejillas comenzaron a teñirse de un tono carmesí, por lo que intentó acomodar su ropa, esperando no se notara, pero fueron acciones vanas.

- Y con esto que te dije, viendo tu reacción, confirmo mi teoría, Daniel. A ti no te gusta Elizabeth tu mejor amiga.

Al escuchar eso frunzo mi frente, esa no era la respuesta que quería escuchar por lo que volteo mi rostro hacía las vistas del cielo nublado.

-A ti no te gusta. A ti te encanta Elizabeth.

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Un disculpa si hay errores ortográficos, en dado caso hayan, avisenme, por favor.❤

Utilizando a mi mejor amigo gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora