3. Why cant i stap loving you?

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Why cant i stop loving you?

La pesadez era inevitable y palpable, casi podía saborearla, y de hecho, podía. El amargo de su paladar, la lengua pesada y las inexplicables ganas de vomitar se acumulaban en su garganta, ¿por qué tuvo que seguirles el juego a esos chicos? ¿por qué tuvo que embriagarse de nuevo? Y lo peor de todo, ¿por qué tuvo que acordarse de él justo cuando los tragos se acumulaban en su cabeza dándole falsas ideas? Porchay ya había tenido experiencias previas con el licor, solo una vez en aquel bar justamente cuando Kim interrumpió violentamente, peleó con sus compañeros de copas, tiró las drogas y en efecto, lo salvó. Pero desde esa vez, se prometió no embriagarse de nuevo, prometió no entregarse al licor porqué sabía lo mal que la pasaría después.

Debió hacerle caso a Porsche cuando le pidió que no bebiera, ¡¿por qué era tan terco?! Simple, porqué quería sentirse estúpidamente normal, como un adolescente que acababa de perder el amor de su vida, patético, quizá... pero era verdad. Chay tenía muchos vacíos emocionales, nadie lo veía, pero ahí estaban, creció sin papás... vio a su hermano romperse el lomo por él, vio a su tío robarles y mentirles, vio a su mamá "revivir" y resultó involucrada en cosas que no entendía, y en efecto, el que era su ídolo se convirtió en la persona que más amaba, y posteriormente lo decepcionó.

Entonces, Porchay se preguntaba... ¿Qué hice yo para merecerme tanta desgracia? ¿Por qué soy un ser con tan mala suerte? Se lo había confesado una vez a Kim mientras estaban acostados en el sofá, cuando también le declaró su amor, esa mañana le dijo que él era una persona sin suerte y temía que lo que Kim y él tenían era... era un sueño, y bueno... todo terminó remotamente mal para Chay.

Era frustrante no poder ser feliz completamente, estaba agradecido con la vida por haberle dado a su hermano, definitivamente, Porsche era lo mejor que tenía, pero... ¿por qué la felicidad no podía ser completa? Su corazón estaba hecho añicos... y toda su vida vuelta un desastre, si tan solo alguien se apiadara de él, alguien le dijera: Hey, Chay, todo estará bien ¿okey? No te rindas, serás feliz. Alguien te amará como te lo mereces... justo en ese momento, él dudaba mucho que eso sucediera.

Su cuerpo se balanceó hacia adelante, sintió las arcadas fuertes presionar su pecho y desistió, vomitó absolutamente todo lo que había en su estómago, prácticamente se componía solamente de licor y agua, nada más... y es que desde que llegó no había probado bocado. Sintió dos manos fuertes sujetándolo por la cintura y otras sujetándole el cabello.

– Oh Chay, ¿Qué carajos tomaste, amigo? – era la voz de Sky

Pero Porchay estaba tan ensimismado vomitando que no logró comprender bien la pregunta, ¿Qué tomó? Pues lo mismo que él ¿no? Algo de... vodka, quizá... y no sabía que más. Tampoco pudo responderle, sentía la necesidad de vomitar absolutamente todo hasta quedar liviano, sí.

– ¡Tu, niño! – exclamó la voz de alguien más que Chay no reconocía – ¡Suelta al joven, suéltalo!

Luego más voces... ¿Esos eran Pol y Arn? Chay solo soltó risitas tontas porqué todo en su cabeza sonaba raro, como si estuviera sumergido debajo del agua. Si Porsche lo viera así estaría metido en graves problemas.

– ¡Porchay! – ¿Quién era ese? – Llevaremos al joven de nuevo a casa.

– Pero ¿Quién les notificó? – preguntó Arn, o eso creía Chay. – Es nuestro deber cuidar de él.

¿Lo estaban moviendo? Chay no supo, pero se dejó llevar, después de todo, seguramente sus guardaespaldas se encargarían de él, así quisiera hacer algo por recomponerse, evidentemente no podía. Quería dormir.

¿Qué pasará después? - KIMCHAY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora