¿Qué pasará después? - KIMCHAY.

45. I want to sleep forever with you.

45. I want to sleep forever with you.

En la sala de juntas estaba Kinn, observando el video de seguridad donde Vegas y sus hombres torturaban al que supuestamente era el principal sospechoso del ataque en el cementerio. Porsche estaba de pie a su lado, Kim en un asiento con la mano de Chay entre la suya, desde que habían salido del médico no se habían separado ni un centímetro.

– Bien – analizó Kinn – Fueron los italianos.

Kim casi sonrió – Te lo dije.

– Pero no enviaron a nadie, fue gente tailandesa – dijo Porsche – Creo que ya no se arriesgaron a poner en peligro la vida de nadie más.

Chay acarició la mano de Kim con su pulgar – ¿Todo esto fue por...?

– Porqué asesinamos a Belle – contestó Kinn

Chay bajó la mirada, o sea que... estaban con ese dilema peligroso por su culpa. Y Kim pareciera que le leyera la mente porqué apretó su mano.

– Si tuviera que volver a hacerlo, lo haría – aseguró – Esa zorra ahora debe de estar peleándose con Korn por la corona del infierno.

Porsche suspiró – La verdad, envidio a Kim, él pudo vengarte, yo no.

– Pero ahora los italianos están ofendidos – dijo Kinn – Y yo tengo que ir a su encuentro con ellos en una semana.

Kim ladeó la cabeza – Si sabes que allá serás comida para leones ¿no?

– Es verdad, después de esto no puedes ir – dijo Porsche

– Aunque – habló Kim – No es una idea nefasta.

Chay arrugó el ceño – Phi, Kinn podría morir ¿no?

– No – Kim negó – Podemos usar tu estadía allá para jodernos la puta mafia italiana de una buena vez.

Kinn lo analizó con cuidado – No es una mala idea, necesitamos planear el golpe y creo que sería una buena manera de liderar a otra familia italiana.

Kim asintió y Porsche bajó los hombros, en desacuerdo.

– Kinn – llamó – ¿Estás seguro?

– Es la única forma de quitarnos esa puta pesadilla de encima – dijo Kinn – Si tenemos que matar a todo un cartel, que así sea.

Kim se colocó de pie, Chay lo hizo después.

– Para eso tenemos que contar con la presencia de los rusos y los chinos – dijo Kim y se estiró un poco el cuello, mierda le dolía todo el puto cuerpo –

Chay se colgó de su brazo bueno – Creo que deberías ir a descansar, el médico te mando reposo.

Kim sonrió hacia él y asintió, después ambos salieron de la sala de juntos directo a su habitación. Kasem los recibió moviendo la cola y enérgico.

– Buen chico, debes dejar a papá descansar – lo alejó de la cama y Kim se tumbó en ella, exhalando – ¿Duele?

El mayor movió un poco la mano – Los analgésicos están perdiendo efecto.

Chay alcanzó otras dos píldoras y se acercó a Kim con un vaso de agua. Él las tomó segundos después. – Gracias – le sonrió.

– ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor, phi? – inquirió Chay sentándose a su lado.

Kim se apoyó en el espaldar – ¿De verdad no sabes?

El sonrojo de Chay se hizo evidente – Bueno, tengo ideas...