True Chay, False Wik.
Kim no era amante a las películas de romance, de hecho, creyó no haber visto una nunca en su vida, pero definitivamente, despertarse al lado de Porchay tenía que parecerse a una. Ese niño parecía un maldito ángel, la carita tierna adormilada, los músculos relajados sin ninguna preocupación, el cabello oscuro esparcido escasamente por la almohada blanca, el cuello blanco y esas endiabladas clavículas hermosas que lo incitaban a muchas cosas. Definitivamente, Chay era una tentación andante, y Kim estaba seguro, que el chico no sabía ni lada de poder que tiene sobre él, con una sonrisa podía derretirlo, con su vocecita hermosa podía calentarle el corazón, y con ese bendito cuerpo podía calentarlo en otras partes. Con lentitud pasó su dedo índice por encima de las clavículas, el más joven se removió, pero no se despertó así que Kim consiguió moverse más abajo, pasando por el pecho hasta el abdomen ligeramente torneado por suaves músculos, hasta allí permitía el paso de la manta blanca que los cubría, por lo que con una sonrisa traviesa metió la mano debajo continuando con el recorrido. Necesitaba a Porchay. Quería de Porchay. Y lo tendría.
Chay tenía un pantalón de pijama al igual que él, ambos durmieron sin camisa esa noche porqué hacía calor a pesar del aire acondicionado, Tailandía podía tener días realmente calurosos. Con cuidado, levantó el elastico del pantalón y escabulló su mano hacia abajo encontrandose con la grata sorpresa de que no había ropa interior, solo la piel sedosa y tibia de Chay. ¡Bendito sea el Dios que creo a Chay! Se dijo que si tenía que orarle al mismo diablo para retener a Chay a su lado siempre, lo haría, por más enfermo y macabro que eso pareciera, por él, Kim no tenía límites.
– Uhmmm, Phi – ronroneó Chay encogiendo el abdomen – ¿Te levantaste feliz?
Kim sonrió inclinandose hacia adelante sin dejar de mover su mano sobre el pene de Chay.
– ¿Tu que crees? – con ese descaro insolente que caracterizaba a Kim, movió su pelvis contra la cadera de Chay – ¿Lo sientes?
Chay abrió los ojos, tenía la cara sonrojada – ¿Cómo no sentirlo, Phi? Es grande.
Kim alargó la sonrisa y alzó las cejas sugerentemente – Y es todo tuyo, ¿Cómo te sientes al respecto?
La mano de Kim no paraba y Chay suspiró mirando al techo, su pecho subía y bajaba.
– Soy una persona con suerte -
Kim alcanzó la oreja de Chay con sus dientes, tiró ligeramente – No tanto como yo – su voz estaba ronca por el deseo y profunda. Tenía tantas ganas de hacerle de todo a Chay pero se dijo que iría a su ritmo, obviamente, incentivandolo a cosas que seguramente el chico no sabía, pero siempre bajo el concentimiento de Porchay, lo quería, si, pero también deseaba que se sintiera protegido en sus brazos y lo haría sentir el hombre más amado del mundo mientras en ellos estuviera.
– P'Kim... – gimió Chay cuando la mano de Kim subió y bajó con más rapidez – Oh, Ah...
Kim sonrió pero se detuvo, sacó su mano y escuchó el gemido ahogado de Chay.
– ¡Phi!
– Shhh – Kim se montó ahorcadas a él – Tenemos mucho tiempo para divertirnos juntos, ángel.
El sonrojo de Chay fue notable así que Kim se inclinó hacia adelante.
– ¿Te he dicho lo mucho que me encantas?
Chay asintió – Varias veces.
– Pues me encantas – recalcó Kim moviendo su propia pelvis contra la de Chay – Y me encanta verte tan excitado, tan... mío. – La lengua de Kim lamió los labios entreabiertos de Chay.
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¿Qué pasará después? - KIMCHAY.
FanfictionTERMINADA - ¿Qué pasó después del final de la primera temporada de KINNPORSCHE con Chay y Kim? bueno, aquí veremos...