43. I trust you.

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43. I trust you. 

Chay abrió los ojos con la respiración agitada y el pulso errático, ¿Qué había sucedido? Parpadeó, incorporándose en la cama... ¿Dónde estaba? Entonces, dio un salto cuando reconoció la habitación, esa aquella habitación... justo esa, en la que había sido torturado tantas veces, en la cual sus peores pesadillas cobraron vida... pero entonces, eso significaba que todo lo que había sucedido... ¿era un sueño? ¿nunca lo rescataron? La angustia comenzaba a consumirlo...

¡¿Que estaba sucediendo?! ¡¿Kim no lo había salvado?! ¿Kim... no estaba? Las manos de Chay comenzaron a temblar, deprisa trató de colocarse de pie, pero se dio cuenta que estaba atado de manos con unas cadenas gruesas embarradas de sangre, las lágrimas ya salían a borbotones.

– ¡Kim! – gritó tan fuerte que su garganta se desgarró – ¡Kim, por favor!

Pero nadie entraba, Kim no estaba allí... Kim no había podido rescatarlo al final. Porchay se hizo un ovillo en el colchón, y en ese momento fue cuando alguien entró... veía borroso por las lágrimas, era Belle... y detrás de ella, Chay pudo verlo... era Kim, ¡¿Que hacía Kim con Belle?! Ella sonreía ampliamente y se giraba hacia Kim...

– ¿No ves, pequeña mierda? Él me desea a mí, tu solo eres alguien roto –

Kim no miraba a Porchay, era como si él no estuviera presenciando semejante escena. Chay negó, no, ese no era su Kim, él nunca le haría algo así...

– ¡Kim! – llamó Chay – ¡Phi! ¿Qué haces, Phi?

Pero Kim no lo miraba, en vez de eso, besó a Belle... con tanto deseo, con tanta urgencia que a Porchay le entraron ganas de vomitar, se arrastró hacia atrás, llorando... ¿por qué le hacía eso? ¿Por qué Kim la besaba? ¿Por qué la tocaba? ¡Ella le había hecho tanto daño!...

Entonces, el cuerpo de Porchay reaccionó... como si se cayera a un vacío y se golpeara contra el suelo, y sus ojos se abrieron de par en par, estaba en la cama... en su cama, en la cama que compartió alguna vez con Kim, temblando y sudando se incorporó, abrazando la manta blanca que lo cubría, miró tímidamente su alrededor, oh Dios... todo había sido una pesadilla, a su lado no había nadie, en vez de eso, Kim dormía en el sillón... lo miró con detenimiento y lentamente se puso de pie, Kasem dormía a sus pies.

Se acercó a Kim despacio y con lentitud, no quería despertarlo, según había escuchado a Khun, Kim no había dormido nada cuando él estaba secuestrado, así que esas semanas, Chay lo había dejado dormir en la noche... no quería despertarlo por sus ridículas pesadillas... que ya se comenzaron a tornar rutinarias. Dios, las odiaba tanto... lo único bueno, era que lo despertaban en la madrugada y podía ver a Kim dormir hasta que él podía conciliar el sueño de nuevo.

Con cuidado, se sentó en frente, encima de la alfombra. El rostro de Kim lucía pacífico, respiraba lentamente, su pecho desnudo subía y bajaba, él a veces dormía sin camisa. Chay no podía negarlo, extrañaba mucho tocar y ser tocado por Kim, porqué era tan hermoso... pero temía joderlo, temía... que a Kim ya no le gustara. Se lo había planteado desde hace rato y quizá, por eso es que tenía dichas pesadillas con Belle y Kim, ella le dijo alguna vez que ellos habían cogido en el baño de un club... Chay no le creyó, sabía que era tortura psicológica, pero ahora su mente estaba tan débil, que lo soñaba... y era desgarrador.

– ¿Chay? –

Ugh, Chay carraspeó poniéndose de pie y alejándose hacia la cama mientras Kim se restregaba un ojo y se incorporaba en el sillón. Había olvidado que el contacto visual tan... detenido podía despertar a las personas que eran tan... precavidas como Kim.

¿Qué pasará después? - KIMCHAY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora