36. Done deal.

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36. Done deal. 

Se llamaba Porchay... tenía... ¿Qué edad tenía? ¿dieciocho, ¿verdad? Em... tenía un hermano mayor, y.... una mamá que no lo recordaba, no muy bien... su familia estaba rota. Se llamaba Porchay y.... estaba solo.

El jet privado aterrizó en el hangar, en un lugar poco concurrido de Hanói, la segunda ciudad más grande de Vietnam, era viernes y estaba a punto de ponerse el sol. Khun fue el primero en descender por las escalerillas. Gan los esperaba con una sonrisa ladeada, alto y fuerte, Kim nunca en su vida lo había visto, usualmente, Khun no tenía muchos amigos, así que... supuso qué, debió conocerlo por Pete en algún momento.

– ¡Khun! – exclamó el hombre, tenía un tatuaje en el brazo que descendía hasta el cuello – Dios, me alegro mucho de verte.

Khun le sonrió con algo de coquetería, Kim supuso que era parte del plan. Él ya había bajado las escaleras y se encontraba a escasos centímetros de ambos, tenía un maletín grande repleto de armas de corto alcance colgando de su hombro. Vegas y Pete estaban haciéndolo justo en ese momento, ellos traían en sus maletines de cuero armas de largo alcance. Las favoritas de Vegas.

– ¿Hace cuanto no nos veíamos? ¿Tres o cuatro años? – cuestionó Khun organizando su frazada sobre los hombros –

Gun lo pensó – Quizá... tres años, te ves realmente bien – lo alagó, Kim comenzaba a exasperarse.

– Correcto – avanzó Kim hacia ambos – Me llamo Kim. Tu eres Gun, ¿no?

Khun exhaló – Mi hermano menor – presentó – Supongo que recuerdas a Pete...

Gun miró por encima, Pete estaba de la mano posesiva de Vegas. Khun solo hizo una mueca y movió la cabeza.

– Tóxico – balbuceó por lo bajo

– ¡Pete, por amor a Dios! – Gun sonrió, la pareja se acercó.

– ¿Qué tal, Gun? – inquirió Pete con calma

Gun era una persona expresiva cuando se encontraba en confianza, pero cuando no... era casi parecido a Kim, frívolo y desconfiado.

– Bastante bien – Pero Gun no dijo más, miró a Vegas – Hola, bienvenido.

Vegas solo movió la cabeza hacia él.

– ¿Y este es tu hangar? – preguntó Kim comenzando a caminar detrás de Gun que se había movido

– Generalmente – contestó – Con mi equipo solemos... recibir alguna que otra mercancía de los chinos, nada especial, pequeños negocios.

Kim asintió mirando su alrededor.

– Le propuse a Gun hace mucho tiempo trabajar para nosotros, como guardaespaldas – dijo Khun

Pete carraspeó.

– Ah sí, pero lo rechacé – se detuvieron en una camioneta blindada – Hablando de guardaespaldas, ¿y los suyos?

– Llegaran más tarde, no era sensato ir todos en un solo vuelo, temas de... encubrimiento – contestó Pete

Gun los miró de hito en hito – Se que los Theerapanyakul son gente poderosa, pero, si están acá es porqué están metidos en un buen lío ¿eh?

Khun le palmeó la espalda – Vamos a un lugar seguro y quizá te contemos... ugh, ¿por qué hace tanto calor aquí?

El recorrido a la casa de seguridad no fue muy largo, lo que era provechoso que quedaran cerca al hangar. La casa era pequeña, pero decente, Kim no tuvo tiempo ni tampoco estaba concentrado en la decoración, solo supo que era segura y ahora, solo necesitaban eso. Dejaron las armas encima de una mesa de madera, con sus respectivas municiones, Kim se apoyó en esta, respiró profundo.

¿Qué pasará después? - KIMCHAY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora