¿Qué pasará después? - KIMCHAY.

41. New Porchay.

41. New Porchay. 

Cuando Porchay entró a la casa de seguridad, su corazón se detuvo, todo el viaje estuvo entretenido leyendo revistas que habían en el jet privado de la Kinn, o charlando de cosas triviales con Khun que lo miraba con mucho amor, algo que Chay comenzaba a fastidiarle... no quería que le tuvieran lastima por lo que había vivido, de alguna manera... esas cosas lo han hecho fuerte, ya nada podría derrumbarlo fácilmente.

Pero entonces, vio a Porsche... a su hermano, ¡y estaba bien! Korn no le había hecho daño a ninguno al parecer, solo a él, bien... él podía soportarlo, pero que su hermano... sus ojos se detuvieron en una venda que Porsche tenía en el brazo.

– ¿Hia... que pasó...?

Pero Porsche no escuchaba, se lanzó hacia Chay abrazándolo y el joven se quedó estático... el cuerpo empezó a picarle y sin pensarlo mucho se removió, gimiendo adolorido y Kim, inmediatamente empujó a Porsche por el brazo que no estaba herido.

– ¡Lo lastimas! – gritó Kim.

– ¡¿Que te pasa, idiota?! ¡Es mi hermano! – gritó Porsche

Kim movió la cabeza hacia Porchay que estaba cabizbajo, removiéndose nervioso.

– No quiere que nadie lo toque – habló Kim – Hey...

Chay lo sintió cerca.

– Chay, ¿estás bien? – preguntó Kim

El chico asintió, miró de nuevo a su hermano que lo veía dolido como si le hubiesen dado una muy, muy mala noticia. Dios, lo siento Porsche...

– Yo... – Chay veía que todos lo miraban – Lo siento, hia... yo... no estoy listo...

Porsche se dio el tiempo para repasarlo... Chay se veía mal, muy mal, pero no refutó, solo asintió mecánicamente.

– Te extrañé –

Chay sonrió ligeramente – Y yo a ti, hia – contestó – ¿Aquí vamos a vivir?

Había cambiado de tema, no quería que nadie más le preguntara cosas, mucho menos Porsche porqué sabía cómo era.

– Kim, tenemos que hablar – dijo Kinn detrás de Porsche que seguía mirando a Chay. – Que bueno tener de vuelta, Chay.

– Gracias – musitó Chay.

Kim asintió y se dirigió al más joven.

– ¿Quieres subir? Allá está Macao, iré en un segundo –

Chay lo miró – No necesito que me vigilen, estoy bien –

Los ojos de Kim parpadearon y Chay comprendió que quizá fue demasiado duro con él, así que solo asintió.

– Está bien... – musitó Kim – Kinn, vamos.

Chay pasó de largo y subió las escaleras con un nuevo dolor en el pecho... estaba con su familia, pero todo era diferente, se sentía diferente... todo estaba mal, y no sabía qué hacer con el dolor.

~~~

Porsche caminaba de un lado hacia el otro.

– Él tiene algo ¿no? Chay no está normal – dijo Porsche con la mirada borrosa – ¿Cómo que no quiere que nadie lo toque?

Kim estaba apoyado en la pared – Porsche, debes saber algo.

– ¿Qué?

Kim miró a Khun, él no era bueno expresando el dolor y lo que sufrió Porchay no podía salir de su boca sin golpear algo, así que le cedió la palabra a su hermano mayor. Khun asintió.