¿Qué pasará después? - KIMCHAY.

21. The investigator

21. The investigator. 

Chay encontró a Kim tocando su guitarra en la terraza de su departamento, habían ido allí porqué Kim necesitaba resolver temas de trabajo, así que Chay lo acompaño ese sábado, pero volverían a la mansión en la noche, al menos así habían estipulado.

– Amor, ya me voy – anunció Chay

Había tomado la costumbre de llamarlo "Amor" algunas veces "Phi" por supuesto que Kim lo adoraba, amaba como sonaba ese amor con la tierna voz de Porchay, pero él no había adoptado esa costumbre, él no usaba esa palabra para dirigirse a su novio y estaba seguro de no poder usarla, no por qué no quisiera, Chay era su amor, pero él no era así, hasta allá no rayaba su cursilería, era una suerte que Porchay lo comprendiera.

Kim alzó la cabeza haciendo contacto visual con el joven de ojos bonitos y avellanas.

– Es la tercera vez que te encuentras con ese chico en lo que va de semana – habló, voz parda e incluso, molesta...

Chay suspiró, se adelantó y deliberadamente tomó la guitarra de Kim, la colocó en el tripode y se sentó en su regazo, Kim exhaló sintiendo la dulce loción y el aroma natural de Chay combinados. El joven lo tomó de las mejillas para que se miraran.

– ¿Qué tiene de malo, phi? – preguntó Chay – Es mi amigo, nos llevamos bien. A demás, estamos tratando de entregar el trabajo a tiempo, y es muy largo, por eso nos hemos reunido varias veces.

Kim lo miraba de forma seria y tajante, no es que él... no confiara en Porchay, porqué si confiaba en él, pero no en sus amiguitos universitarios, ¡que fastidio! La primera vez fue en una cafetería, Kim lo llevó y observó al tan Samuel llegar en un bonito auto deportivo, no como los de Kim, pero si aceptable, resulta que el tipejo tenía dinero. La segunda vez fue en la universidad, Chay le envió un mensaje de texto a Kim diciéndole que se quedaría más tiempo en la facultad porqué él y su amiguito tenían que terminar no sé qué mierda, Kim lo dejó pasar, envió un emoticón de carita decepcionada y un "Llámame cuando termines para ir por ti" y así fue, Chay lo llamó al acabarse la tarde, y ahora...

– ¿A dónde me dijiste que irían? – preguntó Kim

Chay se encogió de hombros – A su casa – habló rápido y sin prestarle mucha atención.

– A su casa – repitió Kim apretando los labios y asintiendo – ¿Por qué a su casa?

El menos enmarcó una ceja – A ver, ¿Qué te sucede? Nunca me has puesto problema para salir con Sky, ni con Malai y su novia, ¿por qué estás así?

Kim relajó sus facciones cuando Malee entró al apartamento y se detuvo en seco.

– Solo me preocupo por ti – dijo Kim, subió su mano y acarició la espalda de Chay – Sabes que estamos en guerra con los italianos y... no me gusta que estes alejado de mí.

Chay también relajó sus cejas y asintió haciendo un "O" con sus labios.

– Lo sé, phi – Chay le sonrió puramente – Pero es solo su casa, y me llevaré a los guardaespaldas, no sucederá nada.

Kim suspiró y asintió – Si... – Kim sonrió ligeramente – ¿Me das un beso?

– ¡Los que quieras, phi! – exclamó Chay antes de pasarle los brazos por el cuello y besarlo.

Kim amaba la espontaneidad de su novio, bueno... es que Kim amaba cada célula de Chay. Chay respiraba, Kim se enamoraba más, Chay hablaba, Kim caía rendido a sus pies, Chay gemía, Kim se volvía loco de amor por él. Kim descubrió que estar enamorado era... peligroso, le da a la otra persona muchísimo poder sobre sí mismo, pero no temía para nada que Chay fuese el que tuviera su corazón, todo lo contrario, sabía que estaba bien protegido con él.