39. Emotions.

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39. Emotions. 

Belle abrió los ojos... pesadamente, sentía la cabeza palpitar con fuerza y un mareo extraño, quizá producto de la droga que kim había usado en ella para dormirla, recordaba con claridad todo lo que había sucedido... y era de suponer, Korn los había abandonado, había sido cierto cuando le dijo antes de ir a Tailandia <<Lo que suceda contigo de ahora en adelante, no es mi problema, tampoco lo que suceda con Porchay, ya te lo he dado para que te desquites con Kim, pero no haré nada más>> y Belle había estado de acuerdo, aunque se quedara en aquel país, al parecer, todo estaba funcionando. Pero los Theerapanyakul al parecer eran como cucarachas, nada podía con ellos... ni una jodida bomba.

Cuando abrió los ojos estaba en una habitación, la misma en la que había tenido a Porchay cuando lo secuestró, sonrió tirando la cabeza hacia atrás, maldita sea... Kim era rencoroso, y cuando escuchó un carraspeó de garganta pudo verlo sentado en el catre donde... específicamente... le sucedieron muchísimas cosas a la pequeña mierda.

Y Kim lo sabía, había visto los videos de seguridad... de hecho, tenía los puños heridos por haberle pegado tan fuerte a la pared, también rompió varias cosas y Vegas tuvo que detener su ataque de histeria tomándolo por los hombros y gritándole que se contratara. Lo habian jodido, no una vez, sino varias veces... miró a Belle moverse, sus manos y tobillos sujetos al asiento.

– ¿Por qué me mirás así? – inquirió Belle con la voz ronca – Si no me matas ahora, lo hará la infección de la herida de bala que tengo en la pierna.

Kim ladeó la cabeza – ¿Qué tanto te dijo Korn?

Belle exhaló – Yo de ti, me cuidaría de ese miserable –

– De nuevo – Kim se inclinó hacia adelante – ¿Qué tanto te dijo?

– Nada – Belle se irguió – Es decir, con respecto a la negociación, que seguiría trabajando con nosotros, él es poderoso, ni siquiera se preocupó por ustedes. Le habló a tu jodido chico sobre una tal Honey, creo que la está buscando, en fin... ¡Ah, sí! Y nos vendió a Porchay, o realmente, lo cedió como tratado de paz.

Kim asintió, la bilis rozándole la garganta... la misma ira lo que haría hacer vomitar, era una sensación asquerosa y molesta, tuvo que recordar que ahora Porchay estaba a salvo con su hermano mayor en una casa de seguridad alejada de ese lugar.

– ¿Y te ofreció protección, ¿verdad? – inquirió Kim

Belle negó – No, pero honestamente, no esperaba verte aquí... supongo que alguien me vendió...

Kim sonrió – Eres demasiado nueva ¿no? Te dije una vez, en este negocio no puedes confiar en nadie. Fue fácil hacer hablar al tipo que maneja todos los negocios ilegales en este país, un poco de droga y cantó como un canario.

Belle alzó las cejas – ¿Qué quieres de mi, Kim?

– ¿De ti? – Kim se levantó, avanzó hacia ella – Nada, absolutamente nada. Pero...

Vaciló con una sonrisa.

– Vamos a divertirnos – dijo Kim – Vegas.

Vegas preparó todo... los cables lanzaban chispas, y Vegas tuvo que girar la cabeza para ver que detrás de ella estaba Vegas con un arsenal de artilugios de tortura. Belle respiró erráticamente, desvió la mirada a Kim.

– No importa lo que me hagas, jamás borraras todo lo que le hice a tu mocoso – dijo Belle

Kim asintió – Lo sé, y justo por eso, vas a sufrir.... – Kim tomó los cables y los unió, las chispas salieron – Dios, voy a disfrutar esto.

¿Qué pasará después? - KIMCHAY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora