La primera decisión importante en su nueva vida, sucedió más rápido de lo que pensaba.
Citó a un médico a la sala del Marqués Carnesis, un hombre de unos treinta años con un brillante cabello castaño, este hombre de cejas pobladas, dudo al principio de sus propios oídos cuando escuchó la petición de Jimin.
— ¿Qué? —Preguntó, confundido y poco seguro tras un momento de silencio intentando asegurarse de lo que había escuchado. — ¿Qué... es lo que quiere?
Jimin notó cómo sus ojos rogaban que retirara inmediatamente la petición. Era algo muy embarazoso, pero Jimin estaba decidido, y repitió con calma.
—He... escuchado que hay médicos que pueden probar la inocencia... en la parte ginecológica. ¿Podría referirme a alguien así en su círculo profesional? En realidad, preferiría un médico femenino.
En la superficie, él estaba sereno, pero por dentro, temblaba de la vergüenza Sus manos se aferraros a los antebrazos de la silla con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. Nada le hubiera gustado más que retractarse inmediatamente de lo que había pedido, pero era su única buena opción para convencer a Yoongi.
Él lo odiaba tanto que seguramente nunca le creería aunque protestara todo los días. No tenía más remedio que darle pruebas, con el valioso testimonio de un médico. Si no intentaba limpiar los cargos contra suya, nadie más lo haría por él. Las puertas sólo se abren para los valientes que tocan para entrar.
Esa era la lección que había aprendido en su última vida.
Jimin se mordió los labios con fuerza, recordando los últimos cinco años que había sufrido. Mejor soportar un momento de vergüenza que repetir toda una desgracia.
—Bien. Si insiste. —El medio entendió que Jimin no iba a retirar su petición. Le entró un sudor frío. Cuando Jimin se inclinó hacia delante para escuchar lo que fuera a decirle, pero la puerta del salón se abrió abruptamente. — ¡Oh! —Sorprendido por el fuerte sonido, el medico soltó un grito.
Su expresión profesional desapareció completamente, siendo reemplazada por una de harto miedo. Jimin estaba igual de sorprendido, abriendo sus ojos al ver al intruso.
— ¿Yoongi? ¿Qué estás haciendo aquí?
No debe haber pasado mucho tiempo desde que se despertó; Yoongi entró vestido con una simple camisa blanca y pantalones. Sus músculos bien entrenados eran evidentes bajo la fina tela. Con su musculosa complexión, resultaba muy amenazante.
Sus ojos grises brillaron con rabia mientras alternaba la mirada entre ambos. — ¿Ya se ha hecho la prueba? —Gruñó.
— ¿Sí? ¿Qué, qué, qué tipo de prueba?
El médico estaba tan aterrorizado que no sabía cuándo empezó a tartamudear. La cara de Yoongi se retorció de rabia.
— ¡Maldito cabrón! ¿La has hecho o no? —Preguntó apretando los dientes por su definida mandíbula.
— ¡No! ¡No la hice, Su Alteza, lo juro por Dios! No he tocado a su esposo en absoluto.
Sólo entonces el hombre se dio cuenta de lo que Yoongi quería decir. Comenzó a temblar tanto que casi se rompe la lengua de tanto morderla. Por un momento, a Jimin le preocupó de que hubiera una pelea. Pero afortunadamente, Yoongi reconoció que el hombre estaba diciendo la verdad por su rostro asustado. Se acercó a él para sacarlo agarrando su ropa. Toda la mansión pareció vibrar cuando cerró con fuerza la puerta tras él.
Yoongi tenía realmente un carácter muy salvaje.
Es una suerte que la mansión no se derrumbara con todos esos portazos. Aunque, ahora que lo recordaba, ayer había roto una puerta. Acostumbrado a la forma de ser de su grosero esposo, Jimin suspiró en su interior al verlo acercarse.
— ¿Qué ha pasado, Yoongi?
En lugar de responder, el mismo apoyó las manos en los reposabrazos de su silla, para que no pudiera levantarse ni huir. Parecía sentirse mejor si bloqueaba todas sus vías de escape antes de interrogarlo.
Aquel rostro apuesto que se cernía sobre él se veía aterrador. Lo miró fríamente. — ¿Qué intentas hacer al llamar a un médico? —Le preguntó de repente, todavía enfadado. — ¿Planeabas falsificar un certificado médico? Es una jugada astuta, pero no es tan fácil convencerme.
Si hubiera sido el anterior Jimin, se habría sentido humillado por esto y le habría devuelto el ataque, tratando de infligir ese mismo sufrimiento. Pero él ya no era así.
—No es así, Yoongi. —Soltó con calma. —Como dije ayer, puedo demostrar mi inocencia. Si te preocupara que falsifique un certificado, puedes llamar a un médico de tú confianza.
— ¿De verdad te someterías a una prueba así? ¿Una persona como tú, una flor de Park criado en un invernadero, aceptaría un examen tan vergonzoso? ¿Abrir tus piernas a otro hombre? —Espetó. —Ni un perro cree esa mierda.
Su sarcasmo resultaba frustrante. Entonces, ¿Qué demonios suponía que debía hacer? Él no creía su palabra, e incluso cuando él propuso una prueba él siguió pensando que lo engañaría. Jimin sabía que Yoongi era un hombre con serios problemas de confianza, pero este tipo de comportamiento rozaba con la locura.
Pero... él debió pensar que él quería consultarse con un médico varón. Yoongi no toleraría ni siquiera la idea de que abriera las piernas delante de otro hombre. Por eso se había apresurado a detenerlo. Sabiendo que tenía problemas para controlar su ira, Jimin se esforzó por comprenderlo. Él no sabía si alegrarse de sus celos o no.
Yoongi era una bestia, pero nunca la había herido intencionalmente. Al menos, no físicamente, tal vez por eso nunca pudo odiarlo o temerle realmente. No era tan malo, sólo un inseguro con problemas de ira.
Pero ya que iban a revivir esta relación, debía hacer lo posible para no repetir los patrones. Seguramente estaría bien tratar de domesticarlo.
—Yoongi. —Dijo en voz baja. Mirándolo a los ojos, rodeó lentamente su cuello con sus brazos. Él no se apartó, y se limitó a observarlo con desconfianza, preguntándose cuál sería el próximo truco. Jimin parpadeó con una pequeña sonrisa en su rostro.
Susurró tímido una pregunta.
—Si no quieres que me vea un médico... ¿Quieres comprobarlo tú mismo?
Se quedó con la boca abierta. El calor furioso de sus ojos desvaneció, agrandándose por la sorpresa. Por un momento se quedó boquiabierto sin poder creer lo que acababa de escuchar.
Jimin se sintió un poco sorprendido por su propio atrevimiento poco después. Siempre había sido una persona muy conservadora, pero no le parecía tan mala idea que Yoongi se sintiera tan avergonzado que dejara de lado el enojo.
—Ahora estamos casados, ¿No? —Susurró, levantando sus ojos hacia los de él. —Así que puedes bajarme la falda y yo te abriré las piernas para que veas con tus propios ojos...-
Él no pudo terminar la frase, cuando Yoongi lo levantó. Su habitación estaba a sólo unos pasos, abriendo la puerta con una patada, dirigiéndose directamente a la cama.
Jimin, tendido en la cama, lo miró con los ojos muy abiertos. Pero Yoongi no lo miraba. Se estaba despojando rápidamente de su ropa, arrancándose la camisa y quitándose sus pantalones. En cuanto lo hico, su pene se sacudió hacia arriba, duro en todo su esplendor.
Él se acercó, y Jimin se asustó mientras su enorme sombre se cernía sobre él. Ya podría adivinar lo que iba a suceder. La primera vez en su vida anterior había sido tan terrible que le aterrorizaba que fuera igual.
Sin mirarlo aún a los ojos, Yoongi empezó a desnudarlo inmediatamente. Al principio, intentó ser cuidadoso, pero rápidamente se impacientó por tantas prendas sobre su cuerpo. Con un fuerte ruido de desgarro, las costuras de su ropa cedieron a su orden, y Jimin tembló aferrándose a su cuello.
—Yoongi...
— ¿Qué? ¿No me pediste que lo comprobara yo mismo? No me vas a pedir que me detenga ahora ¿Verdad? —Dijo mientras le quitaba la ropa interior.
Estaba completamente desnudo. A este paso parecía que sería tan horrible como la última vez.
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Por segunda vez - YOONMIN
FanfictionESTA HISTORIA NO ME PERTENECE, SÓLO LA ESTOY ADAPTANDO A YOONMIN. "Pour la deuxiéme fois" "Por segunda vez" "Estoy seguro de que estaba... muerto". Park Jimin, un hombre de la familia noble más prestigiosa del Reino de Deltium, regresó al día de su...