Capítulo 82 - Nuestro Deber (2)

35 5 0
                                    

—Mhhh... No frotes ahí... —Los movimientos de sus dedos fueron contundentes. Cada vez que introducía sus dedos frotando descaradamente ese punto, sus paredes se contraían con desespero. Sentir los gruesos nudillos de aquellos dedos en su interior, le provocaban un cosquilleo, aumentando su calor corporal hasta enrojecer ciertos puntos en su cuerpo, sus pezones se pusieron rígidos ante el contraste de temperaturas totalmente diferentes entre ambos cuerpos y el resto de la habitación.

Yoongi lamió parte de su miembro viril mientras seguía preparándolo con sus dedos. El interior de Jimin estaba caliente, pero sobre todo, se pegaban a sus dedos, haciéndolo delirar, queriendo meter su virilidad en ese hambriento agujero inmediatamente.

—Tú cintura no deja de temblar... todavía no estás aflojado, así que, quédate quieto. —Le dijo con un tono disgustado al estar impaciente.

Los ojos de Jimin se enrojecieron con vergüenza ante sus vulgares palabras. Unas lágrimas acumuladas en los mismos, rodaron por sus mejillas, haciendo a Yoongi ir a lamerlo y desaparecerlas de su vista.

Lamió su piel como si se lo comería en cualquier instante. "Sería bueno tener una saliva venenosa". En ese caso, cegaría sus hermosos ojos mieles para que no mirara a ningún otro hombre.

Jimin notó aquel mirar, poniéndole nervioso esa posesividad en su mirada, girando su cabeza. Yoongi en ese instante retiró abruptamente sus dedos e introdujo su virilidad en su estrecho agujero sin una mínima pausa.

— ¡Ah! —Grito, apretando las sábanas a sus costados, buscando aferrarse a algo mientras intentaba asimilar el tamaño de Yoongi. —Des, despacio...

—Eso es lo que dice tu boca, pero tu interior dice otra cosa, contrayéndose y jalándome. —Habló antes de empujar toda su virilidad hasta el fondo de Jimin, mostrándose sonriente.

Su estómago dolió debido a que su tamaño parecía ser más que la última vez. Por inercia, acarició su abdomen, tenía miedo de que su cuerpo fuera a explotar si la situación se prolongara.

Yoongi apretó los dientes al ver su acción. —Sólo te gusta provocarme y luego quejarte.

— ¡Mhh~!

Su virilidad entraba como si estuviera golpeando el fondo de su interior, luego se deslizaba hacia afuera dolorosamente, pero una oleada llena de placer se apoderó de él, encendiendo su lujuria en la sangre, sin poder admitir que en realidad le gustaba esto. En una silenciosa incitación, abrió sus piernas, hasta que sus rodillas casi tocaban sus costillas, jadeando con la saliva asomándose en sus comisuras.

Yoongi, viéndolo, sus movimientos se acentuaron, provocando que Jimin se meciera sobre la cama entre la locura, con una sensación de hormigueo gigante extendiéndose por su cuerpo. La respiración de Jimin entrecortada con cada penetración era atentamente escuchada por el Marqués.

—Te atreves a impregnarte con el aroma de otro hombre... parece que no estás satisfecho conmigo. —Lo acusaba entre respiraciones profundas, sin parar de penetrarlo.

Jimin lo escuchaba aunque el pitido sordo en sus orejas estaba invadiéndole, negando hacia su acusación llevando una de sus manos para morderla y amortiguar sus gemidos. Fue un gesto patético, porque sólo provocó mucho más a la bestia.

Yoongi realmente comportándose como una, frotó sus mejillas contra su cuello, lamiéndolo luego de manera insistente, intentando cubrir el aroma del otro hombre con su propio olor corporal.

El hombre bajó la mirada ante la unión que se prolongaba, aumentando la penetración. Jimin se sentía sofocado entre los cabellos oscuros de su esposo, echando su cabeza hacia atrás ante el ataque incesante de su virilidad.

Yoongi gruñó, rodeando las caderas de su esposo y tras levantarlo un poco de la cama, introdujo su virilidad hasta lo más profundo. Fue un movimiento agresivo, como si lo castigara por haberse movido sólo un poco.

Jimin gimió, con los ojos más llorosos que antes.

Yoongi bajó su cuerpo para comerse sus labios. Aquella caliente lengua recorrió su boca, saboreando cada centímetro de la misma. Tanto arriba como abajo, él se sentía siendo conquistado por Yoongi.

Yoongi incorporó un poco su anatomía, comenzando a mover su cintura con ímpetu, volviéndose el encuentro más brusco para Jimin, quien de hecho no era capaz de notarlo, que aquel miembro se introducía en él con la fuerza de un martillazo.

Acostumbrado a ese ritmo, la estimulación se sentía impresionante. Parecía que sus paredes interiores se aferraban al glande de Yoongi, ardiendo debido al constante frote. Y gracias a eso, algo explotó. Su emocionante y hormigueante orgasmo se extendió por sus temblorosas paredes y su virilidad contra su abdomen manchando su blanquecino cuerpo.

Sus lágrimas fluyeron entre las pestañas de Jimin que cerró sus ojos con fuerza, teniendo a Yoongi besando su frente sudorosa, tratando de distraerse y contener su propia eyaculación. Se sintió cautivado por el hermoso rostro ajeno que rebosó de placer, Jimin temblaba impotente bajo sus grises ojos, que querían devorarlo por completo.

Yoongi apoyó su propia espalda en el respaldo de la cama, y lo puso sobre su cuerpo.

Verlo recuperar el alientolentamente sobre él, lo incitó a introducir su miembro nuevamente en sucavidad. —Yo no he terminado. 

Por segunda vez - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora