Capítulo 22 - Es tan malvado.

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Yoongi dejó su vaso de licor.

Esta noche no podía beber como lo hacía habitualmente. Se había convertido en un hábito beber un vaso antes de ir a la cama, pero esta noche se sentía extrañamente reacio. Pensó que sería mejor beberlo lentamente.

El espumoso licor dorado fluyó por sus rojos labios. Mientras saboreaba el sabor y el aroma, su mirada se dirigió a Jimin, que dormía profundamente a su lado.

Sus pálidos e hinchados párpados estaban cerrados, tenía la boca ligeramente abierta mientras dormía, con respiraciones superficiales que escapaban de sus labios separados, por lo que él pudo apreciar el rosa pálido de su interior. Parecía tan inocente que nadie sospecharía que acababa de ser cogido salvajemente.

En sus sueños, se aferraba a su lado, como un cachorro que busca a su madre. Sus pequeñas manos eran tan ligeras que él apenas podía sentir su peso, pero su tacto cosquilleando se extendía por todo su cuerpo. Yoongi apartó su mano.

"Extraño chico".

Su rostro era increíblemente hermoso. Podía entender por qué los Park eran tan orgullosos de sí mismos, como si fueran una raza aparte. El maldito Duque Park era de mediana edad, pero seguía siendo un hombre elegante con el cabello platino. Su rostro por sí solo habría sido prueba de su poderoso linaje.

Sin motivo alguno, Yoongi estiró la mano para tocar las redondas mejillas de Jimin, donde persistía el débil enrojecimiento de su encuentro. Mirando su rostro sonrojado, pudo sentir la sangre bombeando hacia la parte baja de su cuerpo. Si cedía a su lujuria, realmente lo lastimaría.

"Tan débil. Inútil".

Yoongi chasqueó la lengua. Nunca había imaginado una relación así con este chico, su odio por su padre era demasiado grande.

El Duque Gregor Park se había opuesto al nombramiento de Yoongi hasta el último momento. Yoongi aún podía recordar los ojos despectivos del viejo. El Duque Park se consideraba superior, por lo que dejaba claro que despreciaba incluso respirar el mismo aire que un bastardo como Yoongi.

Por eso Yoongi no había luchado por evitar esta boda. Incluso si Jimin era un chico despiadado y tuvo una dudosa relación con el príncipe Namjoon, no le importaba. Su linaje compensaría su sangre mixta. Incluso sería divertido ver la furia del Duque Park al convertirse en su suegro. También ese fue el único valor para él, de todos modos, ¿Cuántas parejas en el mundo se casan por amor?

Yoongi no creía en el amor. Sólo podía creer en sí mismo. Quería ascender al nivel de todos los nobles que lo despreciaban, y para eso necesitaba de Jimin. Además de eso, no le importaba lo que hiciera a sus espaldas.

De todos modos, era un noble Park. Se hartaría rápidamente de su repugnante esposo de bajo linaje.

Pero Jimin había resultado ser muy diferente a lo que se esperaba. Actuaba como si realmente lo respetara, y cada vez que discutían, trataba de explicar con seriedad y honestidad. Por supuesto, todavía no podía saber si hablaba en serio o si sólo fingía.

De todos modos, no importaba.

No había nada malo en que él fingiera que lo respetaba; era mejor para ambos. Lánguidamente, Yoongi tragó más alcohol. La gargantilla seguía enrollada en su elegante cuello, se la había dejado puesta porque estaba molesto, pero ahora no le importaba. Parecía marcarlo como suyo.

Yoongi sonrió al pensar en su cuerpo blanco. Parecía ser cierto que no se había entrado a Namjoon, pero seguía siendo extrañamente molesto imaginarlos llorando mientras se despedían afectuosamente.

Por segunda vez - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora