Capítulo 81 - Nuestro deber (1)

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Jimin no respondió. Intentó devolverle la mirada, pero no podía porque Yoongi lo tenía estrechamente abrazado.

Cuando alzó la mirada apenas podía mirar parte de su barbilla, sus labios rojos situados un poco más arriba de su mandíbula, tenían una vista atractiva y bastante varonil.

Yoongi besó la cabeza de Jimin, luego fue a morder el lóbulo de su oreja haciéndolo estremecer. Sus labios se torcieron como si estuviera a punto de llorar. — ¿Qué voy hacer contigo, Jimin? —Un suspiro caliente se escapó entre sus labios, causándole cosquillas en la frente.

Su voz parecía triste al decir eso, pero sólo debía ser su imaginación. "¿Por qué estaría triste? No lo entiendo". Jimin bajó la mirada con frustración.

— ¿Por qué de repente actúas de esta manera? De todos modos, ni siquiera te gusto, tú lo has dejado claro. —Habló con normalidad y tan superficial como si estuviera interactuando con cualquier persona y no su esposo que parecía querer llorar. —Tenemos una relación donde sólo debemos cumplir con nuestros deberes, ¿No es la vida matrimonial que querías?

Para Yoongi, la hermosa voz de Jimin recitaba frías palabras que no iban con su tono angelical, escuchándolo en silencio, decidió abrazarlo mucho más fuerte. Sentía como si Jimin estuviera demasiado lejos de él, aunque de hecho lo tenía apresado contra su pecho, había una sensación de distanciamiento.

Yoongi bajó la cabeza para besar el costado de su pálido cuello. Su acción tenía una clara intención. —Tienes razón. Cumplamos nuestro deber el uno con el otro.

Jimin estaba a punto de explotar. Lo intentó apartar con las manos en su pecho, con el ceño fruncido, pero Yoongi tomó su delgada muñeca y extendió su otra mano para tomarle la barbilla.

Sus brillantes ojos grises, que estaban enrojecidos debido al alcohol, contenían más tristeza que lujuria, diciendo. —No me apartes así. Cada vez que lo haces... siento que realmente me volveré loco. —La voz de Yoongi para sus oídos sonó como el grito de un animal herido.

En el momento en que interpretó su tono de voz, sus brazos se relajaron. El hecho de que Yoongi pareciera un poco afligido, suavizaba su actitud.

Yoongi no vio mejor oportunidad que esta, levantándolo por la cintura para dirigirse con él a la habitación.

Tan pronto como puso su cuerpo delgado en la cama, sus labios se abalanzaron desesperadamente hacia Jimin como una atadura. Fue un beso apasionado del que el rubio no logró resistirse. Tras empujarlo varias veces, decidió cerrar sus ojos y acceder entre sus brazos.

Jimin no lograba entender cómo podía él hacer estas cosas sino sentía nada por él, pero no tenía sentido preguntarle de nuevo, era como si hablara con un animal salvaje que no entendía las relaciones humanas en lo absoluto.

Yoongi le quitó su camisón. El aire frío de la noche acarició su cuerpo desnudo y él abrió sus piernas bruscamente para meterse entre ellas. Jimin se mordió el labio con vergüenza, porque su zona íntima contra su abdomen quedó expuesta claramente por la luz de la lámpara de aceite, pero a Yoongi no le importaba su vergüenza. No tuvo piedad cuando metió sus dedos en su cavidad.

— ¡Agh! —Una breve queja de dolor salió de su boca. Sus paredes que aún no estaban húmedas, mordieron los dígitos de su esposo.

Yoongi, impaciente, retiró sus dedos y se inclinó hacia más debajo de su entrepierna que casi nunca tocaba por ser un desesperado. Jimin sintió su aliento en su cavidad, y pronto su boca cubrió toda su cavidad e incluso subió a succionar sus testículos. Él se sobresaltaba cada vez que la punta de esa flexible lengua se introducía en su interior.

Pronto estuvo empujando sus paredes con solamente su lengua, succionando los jugos que empezaban a salir. — ¡Ahh~! No me gusta, no lo hagas–.

Jimin agarró su cabeza mientras alzaba sus piernas temblantes. Sus dedos blancos y regordetes se entrelazaron con el cabello negro y oscuro como la noche de su esposo. A diferencia de su mente cerrada porque de hecho estaba furioso con él, pero su cuerpo le tomó completamente la contraria, reaccionando con franqueza al placer. Yoongi devoraba su cavidad llena de néctar como un animal salvaje.

Un sonido húmedo resonaba en toda la habitación cada vez que su lengua entraba y salía. Toda su cavidad acabó empapada y su mente empezaba alejarse.

Como ya estaba húmedo, Yoongi introdujo dos de sus dedos. Jimin contuvo sus gemidos mientras intentaba que las sensaciones placenteras que estaba experimentando no lo hicieran perder la cordura. Sus paredes estaban tan apretadas que al principio fue un poco difícil tenerlos dentro, pero se fue suavizando poco a poco.

Aquellos dedos se doblaron frotando su punto débil.

Jimin sintió que el calor se extendió en su interior como si hubiera bebido alcohol. Había llegado el momento de hacer arder la llama del deseo.

 Había llegado el momento de hacer arder la llama del deseo

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Ese Yoongi... Si fuera Jimin ya me hubiera largado a Osland, lo juro.

Pero a la vez me da ternura, parece un peluche con apariencia ruda. 

Gracias por quedarse los que aún leen. No tiene el apoyo que requiere el esfuerzo de transcribir completamente esto, el tiempo que uno se toma analizando lo que dice la traducción, haciendo que todo combine con una relación hombrexhombre. Pero ya llegará y mientras tanto me animo con sus comentarios y sus estrellas. Muah.

Por segunda vez - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora