Por segunda vez - YOONMIN

Capítulo 29 - Gracias.

Inesperadamente, no dijo nada. Tras asegurarse de que estaba despierto, se marchó al instante. Dejó el anillo en un estante al azar al salir, como si no significara nada para él. A juzgar por su indiferencia, no tenía ni idea de lo que era...

"¿Dónde lo he dejado que lo ha encontrado?"

El corazón de Jimin latía con fuerza a tan pocos segundos de haber despertado. Probablemente lo había encontrado por accidente y luego se había puesto a jugar con él por aburrimiento, pero ese pequeño acto casi le había parado el corazón.

Ahora que él se había ido, se levantó con las piernas temblorosas de la cama para recuperar aquel anillo, y se fijó por primera vez en el vendaje de su mano. Al mirarlo detenidamente, recordó el dolor de la otra noche.

"Supongo que me la he roto realmente".

Jimin suspiró, recordando que había presumido ante Hoseok de poder bordar, traducir o ser escritor fantasma. Con la mano así herida, se sintió desanimado. Si la lesión persistía, le resultaría difícil hacer cualquier trabajo.

Pero tardaría al menos unos meses en prepararse para su partida. Jimin recogió el anillo con la mano sana, esperando que sus dedos se curaran antes, luego escondió el detalle del Gremio Secreto en lo más al fondo de su joyero.

Llamaron a la puerta. El asustado Jimin escondió rápidamente el joyero, asustado de que pudiese ser Yoongi.

— ¿Quién es? —Preguntó.

—Señor, es Ellie, he escuchado que estaba despierto. ¿Necesita... ayuda?

Era la voz cautelosa de un sirviente. Jimin no estaba seguro de cuánto tiempo había estado inconsciente, pero al parecer fue más de un día.

Los sirvientes de la mansión Carnesis lo examinaron rápidamente, luego fueron a prepararle un baño, recomendándole que comiera algo sencillo para que el agua caliente no lo mareara. Mientras esperaba a que se calentara el baño, Jimin consumió una sopa ligera acompañada de un zumo de frutas.

— ¿Cuánto tiempo he estado enfermo?

—Dos días y medio, mi lord.

—Ohh...

Había estado inconsciente mucho más tiempo del que esperaba. Su cuerpo, que había estado postrado en la cama en su última vida, ya le había fallado en esta. Fue algo deprimente. ¿Y si volvía a ocurrir lo mismo?

Jimin se esforzó en calmarse, removimiento en silencio su sopa con la cuchara. Pero los sirvientes se lo tomaron de otra manera, intercambiando miradas significativas. Al notar el desconcierto de Jimin, un doncel sirviente bajó la voz para susurrarle.

—Cuando usted, mi lord, estuvo enfermo, el señor se quedó a su lado todo el tiempo para cuidarle. No se movió de su lado en esos dos días... Tiene mucha suerte de tener un esposo así.

La cuchara de Jimin se quedó congelada. Los sirvientes se taparon la boca y se rieron con gusto ante su expresión incrédula. Mirar la buena relación entre los dos recién casados hizo que los jóvenes sirvientes se emocionaran.

Jimin sólo estaba mareado, perdido en sus recuerdos. Ciertamente cuando finalmente despertó, la primera persona a la que vio fue a Yoongi, pero se había encogido de hombros como si fuera una mera coincidencia. Pensó que pasaba por su habitación para ver cómo estaba, no esperaba que se sentara con él durante dos días y medio.