Capítulo 32 - Una simple decisión.

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He decidido cambiar ciertas cosas; Hoseok, quien fue un amante de Yoongi durante la guerra, ahora es Byun Baekhyun, y Railin Mosley ahora es Jung Hoseok, dueño del Gremio Secreto. Quise integrar a Hoseok, me parecía cruel no tenerlo presente. Si ven algún error sobre eso, avísenme, por favor.

Hoseok = Baekhyun.

Railin = Hoseok.

A estas alturas, el nombre que leía en la lápida, le resultaba muy familiar.

Byun Baekhyun, murió a la edad de 27 años. Muerto en batalla, reprimiendo a la Resistencia de Letan.

Ese era el nombre de la persona con la que Yoongi hablaba tan a menudo cuando estaba sonámbulo en sus pesadillas, suplicándole repetidamente que le perdonara. El nombre grabado en esa lápida era el mismo que estaba tan dolorosamente grabado en el corazón de Yoongi.

Él no le devolvió la mirada. Estaba tan quieto mientras miraba la tumba, que podría haber sido confundido por uno de los ángeles de piedra, o un Dios de la muerte custodiando el cementerio.

— ¿Conoces este nombre, no? —Preguntó mordiéndose los labios. —Todas las noches, cuando...

Su rostro se contorsionó como si estuviera confesando algo totalmente aborrecible y aunque no terminó la frase, Jimin supo lo que quería decir. Yoongi era un hombre muy orgulloso, no podía aceptar esta debilidad.

Automáticamente, agarró su mano, apretándola afectuosamente. No podía soportar verlo tan atormentado, y sorprendentemente él no se quejó, miró su mano, pero no la apartó.

— ¿Qué clase de persona era? —Preguntó en voz baja, para darle tiempo de calmarse.

—Era mi ayudante de campo. Se quedó atrás para contener a una unidad de Letan, pero tropezó con una de sus trincheras y se rompió las piernas. No pudo escapar. Si me hubiera quedado con él... Ambos habríamos muerto.

Yoongi se detuvo, apretando las manos. Tal vez había luchado hasta el final y luego se había visto obligado a retirarse, dejando a Baek atrás. Y esa culpa todavía le atormentaba. Cada noche, volvía a soñar con la muerte de Baek.

Por supuesto, a Jimin le causaba lástima. Si hubiera tenido que dejar a Taehyung en peligro mientras él huía, se habría sentido culpable el resto de su vida. Ninguna palabra podía consolarle. Jimin le cogió la mano con mucha más fuerza.

No dijo nada más. En silencio, Yoongi extendió la mano para quitar la suciedad de la lápida y limpiar el musgo que crecía sobre las letras. Fue una acción brusca, pero estaba claro que había un sentimiento cálido detrás de la misma.

Al verlo, Jimin sonrió en su interior. En su vida pasada, después de su muerte, ¿Yoongi lo habría visitado a su tumba, y lo habría cuidado así?

Se sentía mareado sólo con pensarlo. Si él hubiera tenido que pararse ante su lápida vestido con un traje negro, ¿Qué actitud habría tenido? ¿Habría sido feliz, pensando que su enfermizo esposo se había ido por fin? ¿O se habría sentido desolado como se sentía con Hoseok?

Era un misterio que no quería aclarar. No volvería a morir, por lo que no tuvo más remedio que obviarlo. Cada vez que pensaba en él diciendo que lo odiaba, le dolía el corazón.

"Pero, él nunca me habló de Baek..."

En su última vida, nunca había sido tan cercano con Yoongi como para saber esto. Ni el trauma que sufrió por la guerra, ni la herida que Baek le había dejado como una espina en el corazón.

Por segunda vez - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora