Había sido una mañana muy ruidosa.
Sin detenerse a descansar mientras completaba su entrenamiento con la espada, Yoongi regresó a la mansión, empapado de sudor. La noche anterior se había emborrachado hasta quedarse dormido, así que estaba en pésimas condiciones. Ni sus brazos, ni sus piernas se movían con soltura, aun así, no era buena idea perderse un día de práctica.
Aparte de las interrupciones en su vida privada, Yoongi nunca faltó a un solo día de entrenamiento. Hasta que llegó a convertirse en el Marqués Carnesis, no había sido nada. Un bastardo. Lo único que le había protegido era su habilidad con la espada.
Los ojos de Yoongi estaban muy oscuros mientras se quitaba la camisa y se secaba el sudor del cuerpo.
"¿Por qué demonios no funcionó hoy?"
Aunque todos decían que casi había alcanzado el rango de Maestro de Espadas, el hecho era que aún no lo había logrado. Se sentía sofocado, como si estuviera bloqueado por un muro invisible. Si alguien pudiera aconsejarle, le habría pagado mil monedas de oro.
"¿Sería mejor que dejara de beber? No, eso es imposible".
— ¡Maldita sea!
Su frustración causó que estallara su ira, tiró la toalla a un lado y se dirigió a la ventana. Siempre que estaba de mal humor, le gustaba mirar desde las ventanas de su mansión. Contemplar la magnífica con sus vastos jardines, que había adquirido por su cuenta, le hacían sentirse mucho mejor.
Pero hoy, ni siquiera ese hermoso paisaje podía calmarlo. Unos ojos de halcón divisaron a un pequeño hombrecito sentado en el jardín. Park Jimin. Él era otro trofeo que había ganado.
Ciertamente su apellido ahora era Carnesis, pero Yoongi aún no lo había aceptado como su familia. Él era no más que una extensión repugnante del Duque Park. Yoongi creía que lo que sentía por él sólo era curiosidad.
Yoongi entrecerró los ojos. Jimin parecía tan pequeño como su dedo desde esa distancia. Estaba sentado en un banco mientras leía atentamente un libro.
¿Era un truco para llamar su atención?
Los ojos grises de Yoongi lo miraron con frialdad. Desde la ventana de su habitación, se podía observar muy bien el banco en el que estaba sentado. Definitivamente era una táctica deliberada del chico Park.
Era una figura llamativa con un vestido verde claro que no cubría sus hombros, con todo su cabello rubio peinado hacia atrás. Si alguien mordiera esos hombros blancos, quedaría fácilmente la marca de sus dientes. A sus ojos, parecía un exquisito muñeco de porcelana, un producto de alta gama que un bastardo como él nunca tendría.
Yoongi aún no había asimilado el hecho de que él era ahora su esposo. Pero el propio Jimin parecía creer que ya pertenecía a la familiar Carnesis. Las comisuras de la boca de Yoongi se levantaron al recordar su disputa con el mayordomo de Park.
—Mi esposo merece respeto, ¡discúlpate!
"Eres un chico astuto", murmuró con sarcasmo. Intentó restarle importancia a sus acciones en su corazón, pero no pudo controlar la pequeña sonrisa en sus labios. Aquel mayordomo insolente se había quedado cabizbajo al ver que Jimin se ponía del lado de Yoongi.
Ese pensamiento le hizo sentirse mejor.
Yoongi tampoco esperaba que él se pusiera de su lado. Tal vez fuera sólo una táctica del astuto Park, pero le produjo una extraña satisfacción. Mirando a Jimin por la ventana, sus ojos se suavizaron.
No era un día muy soleado y soplaba el viento. Por reflejo, Jimin levantó la mano para apartarse el cabello del rostro. Con el cabello apartado, siguió leyendo el libro.
"La regresión es un hecho extremadamente raro, pero muchos regresores han adquirido extrañas habilidades que antes no poseían. Un excelente ejemplo es el de la hija pródiga Natalie, que adquirió la capacidad de liberar feromonas especiales que atraían a los hombres después de su regresión. Otras regresoras tenían habilidades raras que iban desde la magia espiritual hasta la capacidad de crear espontáneamente pequeños terrones de azúcar".
Jimin resopló un poco ante la idea de poder producir azúcar a capricho.
Pero su mente se arremolinaba al pensar en cuál podría ser su propia habilidad. Esperaba que no fuera algo como invocar patatas fritas por la nariz. A Jimin no le gustaban mucho los alimentos fritos.
"Sea lo que sea, por favor, que sea algo útil".
Por desgracia, el libro no decía cómo o cuándo los regresores descubrían sus nuevas habilidades. Había muy pocos los casos conocidos de regresión. Jimin no pudo ocultar su decepción y pasó la página hacia atrás, preguntándose si se había perdido algo.
En ese momento, una repentina ráfaga le arrancó el libro de las manos resbalándoselo y la falda de su vestido se levantó. Apresuradamente, Jimin se bajó la misma y se inclinó a buscar el libro.
Él se apresuró a buscarlo. Era un día húmedo, así que temía dañar el libro. Lo había tomado de la biblioteca Carnesis, si lo dañaba de alguna manera, no sabía cómo encarar a Yoongi.
Arrodillado utilizó sus manos para buscar debajo del banco a ciegas sin poder conseguirlo, metiendo su torso para conseguirlo.
~Whoosh.
El viento traviesamente sacudió nuevamente su vestido, descubriendo sus piernas y sus caderas, sobresaltándolo para intentar cubrirse y evitar ser visto en esta situación, golpeando su cabeza fuertemente con el banco de metal.
— ¡Ay!
La luz parpadeó ante sus ojos. Un dolor agudo apareció sobre su cabeza. Jimin alcanzó el libro con una mano y tocó el lugar lastimado con la otra. Un chichón le produjo un dolor ardiente, luego sintió un líquido caliente deslizándose entre sus dedos.
Jadeó. —Sangre. —Dijo sorprendido mirando su palma manchada de tono rojo.
Como bien educado, casi nunca se había hecho daño, más aún porque era cauteloso por naturaleza. Confundido se tocó el lugar por donde fluía la sangre nuevamente. Estaba agobiado, no sabía qué hacer, pero en ese instante recordó haber leído en alguna parte que para detener una hemorragia había que presionar la herida. Intentando mantener la calma, Jimin presionó con sus dedos la herida.
Allí confirmó que la teoría y la realidad no eran iguales.
Siseó con fuerza. Haber aplicado presión fue tan doloroso que las lágrimas salieron de sus ojos aguándolos inmediatamente. Jimin renunció a la idea de detener él mismo la hemorragia y bajó su mano, escurriéndose la sangre por su cabello y por su frente manchando su vestido. Fue muy cerca del rostro.
Tal vez él necesitaba ayuda.
Tambaleándose, se dirigió a las puertas delanteras de la mansión, pero un sólido muro había aparecido de repente ante él. Se sorprendió poniendo su cuerpo rígido.
— ¿Estás herido?
No era un muro, sino Yoongi. Era tan alto y ancho que Jimin confundido pensó que volvió a chocar con algo. Lo miraba con desaprobación al examinar su herida.
Afortunadamente el corte no era grande, pero la hemorragia hacía que se pareciera grave. Para Yoongi, que había pasado la mayor parte de su vida en el campo de batalla, no era más que una herida leve, pero el rostro pálido de Jimin, más la mancha carmesí en su cabello rubio, hacían que se pareciera mucho peor. Sintió una perturbación, como si lo hubieran empujado a un precipicio, la visión de su dolor hizo que su corazón debilitara.
Tratando de deshacerse de esa desagradable sensación, lo reprendió bruscamente.
— ¿Eres estúpido? ¿O tus ojos están de adorno?
Jimin bajó la mirada. No tenía excusa para defenderse de esta torpeza. Pero sus duras palabras, causaron que las lágrimas se agolparan en sus ojos. Trató de inhalar para no llorar, pero se le escapó un sollozo.
La mano de Yoongi en su frente se endureció. Jimin lo miró confundido.
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Por segunda vez - YOONMIN
FanficESTA HISTORIA NO ME PERTENECE, SÓLO LA ESTOY ADAPTANDO A YOONMIN. "Pour la deuxiéme fois" "Por segunda vez" "Estoy seguro de que estaba... muerto". Park Jimin, un hombre de la familia noble más prestigiosa del Reino de Deltium, regresó al día de su...