Capítulo 33 - Agridulce.

31 10 0
                                    

Yoongi no tenía ninguna expectativa en particular sobre el restaurante que elegiría Jimin. Seguramente sería el restaurante más lujoso de la calle, con el ambiente más refinado de todos los demás.

Las expectativas de Yoongi estaban a punto de ser brutalmente traicionadas.

— ¡Oh, mira, Yoongi! Mira ese cerdo, ¡es tan grande!

Había elegido un restaurante al aire libre donde se veía un inmenso cerdo desde la calle, que se asaba en un asador de hierro. Incluso la manzana rellena en su boca se veía deliciosa. Jimin, al que sólo le habían servido porciones de carne perfectamente cocinadas, se encendió de emoción viendo un cerdo de verdad.

—Huele tan bien. —Dijo. —Pimienta negra, albahaca, comino, y... ¿Y qué más? Oh dios, ¡mira ese recubrimiento!

El chef también estaba emocionado, que un bonito noble mirara su comida con tanta expectativa. Por un momento, le preocupó que la deslumbrante pareja con sus ricas vestimentas hubiera venido a causar problemas. Pero estaban muy tranquilos y pidieron el plato más caro del menú. Para unos clientes tan distinguidos, estaba dispuesto a hacer un esfuerzo adicional.

— ¡No encontrarán un asado más perfecto! —Presumió. —Toma, te daré el mejor corte.

Con una terrorífica sierra en una mano y un cuchillo para huesos en la otra, el chef comenzó a cortar cuidadosamente, exagerando teatralmente sus movimientos. Cualquiera podría haber dicho que estaba montando un espectáculo, así que un espadachín experimentado como Yoongi, lo considero ridículamente exagerado.

Jimin rió. — ¡Es tan increíble! —Exclamó, aplaudiendo con emoción.

Olvidándose de sí mismo, se estremeció cuando chocó accidentalmente su mano vendada, pero ni siquiera eso fue suficiente para calmarlo. Sus mejillas estaban sonrosadas, sus ojos brillaban como estrellas. Yoongi se quedó boquiabierto al ver a su elegante esposo así de emocionado.

—Jimin, ven aquí, y siéntate bien.

Yoongi no quería decir algo así a un hombre adulto, especialmente a Park Jimin, que debía conocer la etiqueta desde la infancia. Pero era la primera vez que lo veía tan emocionado, por lo que le preocupaba que pudiera cometer un error.

Cuando estaba a punto de inclinarse de nuevo hacia delante sobre su mano herida, él no pudo aguantar más y le agarró el codo para ayudarlo a sentarse. Le colocó la servilleta en el cuello, como si lo estuviera preparando para un festín.

"¿Por qué demonios estoy haciendo esto?"

— ¡Vengan, pruébenlo! Es la obra maestra de nuestro restaurante.

Al terminar de cortar el asado, el chef se acercó a ellos, secándose la frente. Había tenido la amabilidad de cortarlo en pequeñas porciones para que fuera más fácil comerlos. Sorprendentemente, todos los utensilios y la vajilla del restaurante eran de hierro auténtico, lo que le daba un aire de singularidad a la cena rústica.

Fue una experiencia emocionante para Jimin, que estimuló tanto su estado de ánimo como su apetito. El cerdo humeante olía muy bien. Ansioso, agarró el tenedor.

—Espera, Jimin. —Frunciendo el ceño, Yoongi trató de detenerlo. El cerdo estaba recién salido del asador, y se quemaría la boca si lo comía enseguida. Y aunque el chef había tenido especial cuidado al servir su porción, los trozos seguían siendo bastante grandes para su pequeña boca. Yoongi miró su mano vendada. Aunque dudaba de que él hubiera causado esa herida, no podía dejar de preocuparse como si realmente fuera el culpable.

Por segunda vez - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora